jueves, diciembre 02, 2010

Skyline: Exterminando espectadores

Recuerdo cuando no hace mucho las películas con marcada tendencia a romper taquillas se anticipaban, en forma de pequeñas dosis o teasers, como se llaman ahora, con mucha antelación, a veces incluso un año antes de su estreno. Skyline parecía recuperar aquella tendencia cuando asistí al visionado de su teaser trailer, ya que ofrecía al espectador una típica historia de invasiones alienígenas apoyada, desvergonzadamente, en el uso y abuso de los efectos especiales, sembrando en éste un claro desconcierto pero a la vez una hipnótica sensación de atracción e interés ante tal misterioso film. Dos semanas después "Skyline" llega a las carteleras, rompiendo todos mis esquemas y confirmándome que esta película no contaba con excesivo respaldo  ni siquiera de su propia productora.

No es extraño que el personal técnico del mundo del cine se lance a la dirección, como tampoco que éstos actúen como habituales en segundas unidades de realización o incluso adjuntos al propio director en muchos filmes. Los hermanos Greg y Colin Strause, especialistas en efectos especiales, han demostrado su sobrada valía en este ámbito en títulos como "300", "El día de mañana" o "Terminator 3", las cuales, independientemente de su entidad cinematográfica, cumplían con sobrada solvencia en el apartado visual. Pero la dirección de un film requiere mucho más que una especialización aislada, y es ahí donde los hermanos Strause sacan a relucir sus carencias más flagrantes, en su incapacidad para ir más allá de lo que realmente dominan, logrando un producto no sólo desequilibrado o incompleto, sino absolutamente torpe, burdo y risible.

"Skyline" incumple cualquier norma básica y mínima de coherencia y racionalidad cinematográfica, comenzando por un estrepitoso plantemiento inicial, en el que todo avanza de forma gratuita e inexplicable, y donde los personajes (si se les puede llamar así) no despiertan ningún tipo de interés por el insuficiente, o nulo, perfil que los codirectores realizan, mostrando un consciente descuido en la progresión narrativa y una apuesta, casi a contracorriente, por la acción injustificada y el espectáculo de barraca de feria, que incluso deviene ridículo por su afán desprejuiciado de utilizar el papel de calco y apoderarse literalmente de los esquemas conceptuales de "La guerra de los mundos", "Monstruoso", "Independence day" e incluso "Terminator 2". El film carece de cualquier mínimo de rigor y de seriedad, tanto que se empecina en hacer creer al espectador que tiene un guión sobre el que se vertebra su supuesta historia, cuando éste no responde sino a sonrojantes líneas de diálogo e infames situaciones donde la supervivencia humana se torna en una sensación de rebeldía para el espectador, quien asiste estoicamente a un vacuo correpasillos de difícil digestión y arduo entendimiento. 

El cine de ciencia ficción no está atravesando su mejor época, y pocas son las excepciones que consiguen mantener sondado a un género del que han resultado generosos frutos. Quizás su mayor lastre no se limite exclusivamente a la escasez de ideas y al recurso constante en convencionalismos y clichés de género, sino en el descuido en el contenido y en la fijación por el mero envoltorio. Y eso es precisamente lo que pierde a "Skyline", lo que la convierte en un producto ya no del montón, sino insultante e incluso temerario para el coeficiente intelectual medio. La cinta de los hermanos Strause (recordemos que son los perpetradores de esa hez fílmica llamada Aliens vs Predator: Requiem) sólo acierta en su aspecto técnico visual, que tampoco logra hepatar al espectador por su falta de inspiración y originalidad, aunque cumple su cometido, pero es un disparate en todo lo demás, tanto a nivel narrativo como dramático, que logra aburrir en escasa hora y media de metraje, y que acumula sinsentido tras sinsentido hasta alcanzar el culmen de desvergüenza máxima en sus últimos cinco minutos, un verdadero desafío a la paciencia del espectador. Tan sólo dos cosas me impidieron abandonar la sala, el respeto que tengo hacia el cine (y que muchas veces no es correspondido) y la intensa lluvia que caía en el exterior. Candidata directa a peor película del año, y si me apuran, de la década.

jueves, noviembre 25, 2010

Entrelobos: Naturaleza viva

En tiempos donde la apuesta por lo seguro y la escasez de ideas campan a sus anchas, no deja de ser digno de aplauso y de merecido reconocimiento que existan propuestas alternativas, a contracorriente y que, aun a costa de sufrir varapalos económicos y rechazo de la masa social, dignifiquen el mal llamado séptimo arte. Gerardo Olivares, director hasta la fecha de proyectos tan interesantes como desconocidos para el gran público como "14 kilómetros" y "La gran final", se adentra en la historia (real) de Marcos Rodríguez Pantoja, quien, por avatares del destino que la película se encarga de desvelar detenidamente, se ve obligado a vivir en plena naturaleza sin más compañía que la de la fauna que la puebla y, en especial, los lobos, con quienes entablará una cercana relación de amistad. 

"Entrelobos" se mueve con sumo acierto entre el documental naturista y el drama costumbrista, adoptando un estilo reposado y contenido que potencia los elementos técnicos, tales como la fotografía y la planificación, en detrimento de un argumento que, aunque limitado, contiene los ingredientes mínimos necesarios para lograr la satisfacción del espectador. Sin duda los mayores logros de la cinta se concentran en la elegancia y la sutileza de su director a la hora de describir el período de adaptación del protagonista en un entorno que le es hostil y cruel, logrando una perfecta simbiosis entre el ser humano y el hábitat natural. A ello ayuda, y mucho, la eficaz música de Klaus Badelt, que subraya a la perfección los momentos más emotivos que consiguen la complicidad sentimental del espectador. No obstante, a pesar de su marcado carácter transgresor y diferenciador, son más que evidentes los síntomas de carencia narrativa y de propuesta discursiva que adolece el film, lo que la condena a cierto grado de estancamiento que conlleva el lucimiento formal y no tanto el puramente literario. A pesar de todo, "Entrelobos" se sigue con agrado, con momentos de arritmia narrativa y clara sensación de intermitencia e hieratismo dramático, pero ello no empaña un resultado global notable y con un claro mensaje crítico contra la irracionalidad humana.

La propuesta de Gerardo Olivares responde a su contrastado carácter crítico y contestatario, capaz de mostrar la dureza y la crueldad a través del lirismo audiovisual, y es precisamente lo que convierte a "Entrelobos" en una película soberbia desde el punto de vista del aprovechamiento de los recursos técnicos y de acentuación de la imagen como método expresivo, aunque no se pueda decir lo mismo de sus limitaciones de guión, muy bien ocultadas por una pericia reseñable en el manejo de la cámara. 

Cine distinto, gráfico y muy visual, de corta trascendencia , pero de un poder enigmático y onírico indiscutible que profundiza en la retina del espectador cansado de ver una y otra vez los mismos clichés de género. Aires renovados y talento al servicio de la técnica que contrastan con la necesidad de recurrir a la imagen de Juan José Ballesta como supuesto protagonista cuando no lo es realmente. La eterna confrontación entre la innovación y la aceptación social vuelve aquí a tomar forma en una cinta a reivindicar que, a pesar de sus notorias influencias ("El pequeño salvaje, "Tarzán", "Gorilas en la niebla" o "El libro de la selva" podrían ser claras fuentes de inspiración), adquiere autonomía propia y grita a viva voz la necesidad de un cine alejado de la alienación televisiva a la que se ve abocada la sociedad actual.

martes, noviembre 16, 2010

Scott Pilgrim contra el mundo: La vida es juego


Lo reconozco, me reí mucho con "Zombies party", a la que tengo un especial aprecio, y "Arma fatal", aunque por debajo de la mencionada vuelta de tuerca al género zombie, me reconcilió con la comedia, género éste en plena decadencia y flagrante maltrato en el actual panorama cinematográfico. Edward Wright ha demostrado con estas dos últimas propuestas ser un director capaz de extraer de los recovecos más convencionales y trillados puramente de género productos quizás de escaso calado entre el gran público, pero de merecido reconocimiento en circuitos minoritarios, los cuales dicen sentirse plenamente identificados con lo visto en pantalla. 

Por ello, "Scott Pilgrim contra el mundo" no podía partir de otra mente que no fuera de la de Wright, verdadero apasionado de la subcultura del cómic y de los videojuegos, ofreciendo una visión muy distorsionada y efectiva a la vez del concepto de comedia romántica juvenil que hemos venido adquiriendo a través de la experiencia cinematográfica. El film se apoya conscientemente en su apartado visual y estético, realizando un simpático y a la par nostálgico guiño a los videojuegos que cautivaron a una generación que ya ronda, si no supera, los treinta años. Por ello, no faltan las inserciones visuales de elementos arquetípicos del ocio de 8 bits, véase vidas extras, subidas de nivel, puntuaciones, barras de energía, que se combinan a la perfección con una ambientación heredera del cómic (no es casualidad asistir a constantes onomatopeyas gráficas, así como al uso de la split screen), logrando una potente y muy espectacular puesta escena, que no sólo realza estéticamente el producto sino que transmite la sonrisa al espectador, contagiado por un ataque de sentimentalismo del que no se puede desprender. A ello hay que añadirle el ritmo que Wright imprime a la película que, aunque acelerado, y especialmente en su primer tramo, responde a la narración propia de las viñetas, seca, directa y cortante, sin que su plasmación en pantalla, a pesar de resultar un tanto abrupta, desbarate el conjunto de la progresión narrativa.

No obstante, amen de la dificultad de poder empatizar con el film de aquellos que no gusten o desconozcan los temas de fondo y forma que plantea "Scott Pilgrim contra el mundo", es evidente que la fórmula, simpática y singular en sus cimientos, adolece de una lógica degradación a medida que avanza el metraje, no pudiendo sostener el interés una vez que la trama se ha deshojado por completo, pasando a ser a partir de su ecuador una briosa sucesión de combates bien coreografiados pero a los que se les evidencia en demasía su carácter autómata y complaciente. Bien es cierto que la labor de síntesis y de traslación de la vasta novela gráfica que sirve de inspiración al film ha sido ardua, pero desgraciadamente el exceso de compresión le ha pasado factura, y muy probablemente ello haya sido el causante de la linealidad y el tono monocorde que adopta su segunda mitad, sin caer en el ridículo, pero con clara sensación de no disponer de un as salvador en la manga.

Con todo, "Scott Pilgrim contra el mundo" es una propuesta alejada de los clichés de género de la comedia adolescente, estructurada y concebida a modo de fases de videojuego y que invita al espectador a un viaje por el universo pop y a disfrutar escuchando un disco de los Ramones y sentándose a los mandos de una olvidada NES. Para los que no compartan estas sanas aficiones, probablemente verán en la película unas altas de dosis de inmadurez e incapacidad social. Y tú, ¿juegas?

jueves, noviembre 11, 2010

Los ojos de Julia: Devuélveme mis dos horas

De un  tiempo a esta parte el cine español de terror se ha sobrepuesto a los clichés de género impuestos por la industria norteamericana, explotadora del psychokiller de público potencialmente teen, para tratar de aportar elementos que, sin ser nada innovadores, al menos sí se desligan de todos los convencionalismos asentados en un género tan maltratado como es el del terror. Guillem Morales destacó hace unos años con una pequeña película, "El habitante incierto" que aprovechaba al máximo la escasez presupuestaria y los recursos técnicos y narrativos para firmar un film de terror psicológico que le hizo acaparar la atención de la crítica, aunque no tanto del público, por lo atrevido de su propuesta. En su segunda película, "Los ojos de Julia", nada queda de aquel prometedor director que, en esta ocasión, lucha contra viento y marea por sacar a flote un proyecto que ni alcanza los mínimos exigibles ni logra evitar en el espectador la sensación de indiferencia, cuando no estupor, ante lo que está visionando. 

Podría destacarse las similitudes con la sobrevalorada película de Juan Antonio Bayona, "El orfanato", en lo que a aspectos técnicos y de desarrollo dramático, pero esto quizás responde más a una flagrante treta comercial que no a una cuestión estética. "Los ojos de Julia", financiada en parte por Antena 3 films (dato a tener muy en cuenta), parte de una premisa muy cuestionable, risible y que trata de imprimir premura y brusquedad a una narración que requería reposo y contención. Desgraciadamente, si los cimientos son maleables, la estructura no puede sino tambalearse hasta desplomarse y, en este caso, antes de tiempo. Morales juega con elementos archiconocidos de género, utilizando inclusos recursos claramente hithcockianos, para tratar de jugar al despiste con el espectador, a la búsqueda, aparentemente afanada y sin éxito, de un probable asesino. A pesar de los evidentes abruptos narrativos en su desarrollo, la película resulta medianamente interesante en su primer tercio, pudiendo incluso ser perdonable el hecho de reducir el leit motiv de la cinta a un par de líneas, aunque Morales abuse de los consabidos efectos de sonido, lo que dota al film de escasa efectividad dramática y una abrumadora escasez de ideas. Aún así la dirección resalta por encima del despropósito literario y la película consigue, sin apasionar, avanzar a duras penas. 

Lamentablemente la tensa cuerda que sustenta la película finalmente cede y el desplome, premonitorio, sale a relucir en su último tercio, donde el realizador rompe con lo visto hasta el momento, más orientado hacia el terror de cariz psicológico, de escaso recorrido y de bajo nivel, pero perdonable, para decantarse por un estrépito de nula calidad, vergonzante por momentos y que trata de amortizar el personaje de Belén Rueda. Así, "Los ojos de Julia" desemboca en un subproducto de sobremesa empecinado en mostrar a una protagonista acosada por un más que previsible asesino, por muchos giros que quieran dar al texto el guionista y director, sin mayores aportes que el mero "corre que te pillo" estirado hasta la saciedad, que invita a mirar desesperadamente el reloj cuando no a abandonar la sala. Guillem Morales se ha equivocado de pleno con un guión que debía haber rechazado desde sus primeros párrafos, y ni la correcta, sin alardes, labor de dirección, ni la presencia de actores como Lluis Homar o Belen Rueda pueden evitar el naufragio de una película con un alarmante vacío expresivo y unas líneas de diálogo sonrojantes. 

El personaje de Julia pierde la vista progresivamente en esta película, el espectador pierde la confianza y su capacidad de aguante físico a medida que avanza esta insufrible película que nunca llega a conseguir las cotas mínimas de credibilidad e interés. El resurgir del cine español de terror ha sufrido un doloroso vuelco con "Los ojos de Julia", ya que desgraciadamente pase a ser seria candidata para engrosar las listas de las peores películas del año, que ya se van preparando ahora que 2010 toca a su fin. Yo seré uno de los que vote por ella.

viernes, octubre 29, 2010

Paranormal activity 2: Maquillando el resultado

Paranormal activity quedó grabada en mi memoria como una de las mayores tomaduras de pelo que algunos ingenuos (y caraduras) productores nos quieren hacer pasar como eso que denominan el nuevo cine de terror, esto es, tratar de transmitir miedo (primario) al espectador economizando el máximo de recursos. El resultado no puede ser más que un subproducto estereotipado, cutre e inexpresivo del que no puede sentirse sino compasión a la vez que repugnancia. Una populista campaña de marketing hizo el resto, y misión cumplida, inversión amortizada y subiendo beneficios, eso sí, creatividad y aportación artística, cero patatero.

Como buen sentimiento humano que se precie, si la gallina dá huevos de oro, explotémosla, ha debido pensar el director de la película original, Oren Peli, quien ahora se escuda en las labores de producción, a la espera de que los dólares vayan cayendo en su extendida mano. Paranormal activity 2 hace las veces de precuela y secuela a su vez del primer film, y utiliza los mismos esquemas iniciales que aquélla, olvidándose, por tanto, de una consabida descripción de personajes, de la progresión dramática, y emplea los elementos mínimos para que lo que en su día se escribió en dos caras de papel sea considerado guión. Priman aquí, por tanto, las secuencias de "acción" (si por tal puede considerarse ver cómo se cierran las puertas solas, caen sartenes del techo, se encienden las luces automáticamente o los juguetes cobran vida misteriosamente) en las que presuntamente el director (recordemos, Todd Williams, realizador de la notable "Una mujer difícil") trata afanosamente de aterrorizar al espectador, quien no puede sino mostrar la más absoluta indiferencia ante los hechos narrados. En su defensa debe decirse que los personajes no son risibles como sí lo eran los de la primera parte (y que aquí se reservan un papel secundario), que hay momentos climáticos ciertamente conseguidos, a pesar de su cotidianeidad (¿es necesario que siempre haya cámaras de visión nocturna en todas las películas de terror?), y que contiene un tercio final ligeramente impactante, aunque reincida, una y otra vez, en golpes de efecto y de sonido como única herramienta para lograr el efecto terror, y que dicho fragmento lo hayamos visto mucho mejor resuelto y expuesto en filmes como Poltergeist, rodada hace 28 años.

Que esta segunda parte responde a razones puramente comerciales no sorprende a nadie, y su tercera entrega es más que probable, pero lo que nació como un experimento anticinematográfico, burdo y torpe en su desarrollo, aquí posee atisbos de personalidad, a pesar de sus muchas y fatales carencias y su incisiva pretensión de buscar el anticlima y el susto fácil, y una linealidad creciente e intermitente a partes iguales. Con ello Paranormal activity 2 no se libra de ser una película con evidentes síntomas de deficiencia y agotamiento, pero resulta meritoria su honestidad y sus fugaces momentos de inspiración y aplomo. A ello hay que sumarle el dinamismo, sin perjuicio del montaje rutinario y repetitivo empleado, que aportan las seis cámaras de seguridad fijas que describen con mayor acierto el horror vivido dentro de la casa, en contraposición con la cámara única y mareante que funcionaba en la cinta original como testigo directo de las extrañas presencias.

Con todo, Paranormal activity 2 viene a tratar de pulir los muchísimos errores, de bulto, que contenía su predecesora, pero sin arriesgar demasiado, optando por lo convencional y primario, consiguiendo una pirueta efectiva sólo en determinados momentos pero vacía e inconsistente en muchos otros. Mismo perro con distinto collar.

miércoles, octubre 27, 2010

Copia certificada: Pretenciosidad (in)trascendente

Abbas Kiarostami es uno de los directores predilectos de los festivales de cine más prestigiosos a nivel mundial, a lo que se ha unido su fama, no buscada, de ser un realizador perseguido en su país de origen por su marcado acento crítico en aspectos sociales y políticos que a la vista del público occidental no escapan de la mera rutina diaria pero que suponen un atentado a la dignidad de la cultura oriental según sus profetas. El autor iraní escapa de su limitado ámbito de rodaje habitual, prácticamente clandestino, para embarcarse en una aventura europea pero que responde a su patrón de entender la cinematografía, como un escaparate crítico de exposición de ideas y de desahogo de unos personajes oprimidos y afectados. 

"Copia certificada" no es una película para el gusto del gran público, y ni siquiera encandilará a la crítica más sesuda y exigente, por sus arriesgados postulados formales y su falta de determinación y decisión. El film plantea un juego emocional con el espectador, una disección del estancamiento y la pérdida de la pasión en una pareja a través de continuos contrastes que invitan al espectador a plantear paralelismos temporales  y a reflexionar acerca de la caducidad del amor. Este hecho, que no se desvela hasta mediado el metraje, es sin lugar a dudas el mayor logro de la cinta, pues hasta el momento su incapacidad de exponer unos planteamientos rígidos y secuenciales es manifiesta, limitándose a una vacua y poco interesante discusión de aires intelectuales sobre la idoneidad de lo original y el desprecio por la copia, provocando hastío en el espectador y casi incitándole al bostezo y al tedio. No es Kiarostami un autor que se caracterice por imprimir ritmo a sus filmes, y aquí lo vuelve a demostrar. Su obcecación con el descriptivismo que mostrara en películas como "El viento nos llevará " o "El sabor de las cerezas" aquí se torna verborreica, y su capacidad de sintetización del argumento lo condenan a la teatralidad más absoluta (de hecho, la película puede resumirse a tres secuencias), lo que degenera en un film con resultados discretos bajo unos esquemas de cariz filosófico de nulo interés y ciertamente frustrantes. 

Kiarostami dirige un barco a la deriva cuyos únicos tripulantes, el tándem protagonista, conformado por Juliette Binoche y William Shimell, emplean todas sus fuerzas para evitar el naufragio. Especialmente destacable resulta la labor de Binoche, que ratifica su extraordinario estado de forma y su capacidad de embaucar a una cámara que se posa como mero testigo de una profunda crisis de pareja, expresando a la perfección su anhelo por tiempos pretéritos y por recuperar la llama que ha venido desgastándose con el cruel paso de los años. No son desdeñables los intentos de Shimell por dar una esforzada réplica, retratando un personaje egocéntrico y frío, pero abusivo en su gestualidad y limitado en sus virtudes actorales, quedando plenamente engullido por su partenaire de reparto.

Con todo, "Copia certificada" es otra difícil y personalísima propuesta de autor  por parte de Abbas Kiarostami que yerra en su estructuración de la acción, en su bifurcación expositiva, y que ofrece momentos de sublime interpretación  actoral, pero al servicio de un poco reconfortante discurso y una confusión narrativa que no logra la empatía del espectador ni su condescencia.

miércoles, octubre 20, 2010

La red social: Haciendo amigos

Una de las películas que más expectación había generado y sobre la que se cernía la sombra de la  duda y la incredibilidad es "La red social", última propuesta de David Fincher que acerca al espectador, versado o no en el ámbito informático, el surgimiento de una de las herramientas de comunicación global revolucionarias del nuevo milenio, a la altura de la radio, el teléfono o la televisión, y que ha conseguido un nivel de propagación inaudita en tiempo record. Al fin y al cabo, ¿quién no ha oído hablar a día de hoy de Facebook

El resultado es una película que sabe jugar con mano maestra sus cartas, aprovechando la escasez de planteamiento inicial y las limitaciones argumentales de las que adolece mediante un estudiado y milimetrado guión, obra del reputado guionista Aaron Sorkin, que imprime interés y, lo que es mejor, pasión a lo que puede en un principio concebirse como una riña entre niños de papá y que desemboca en una encarnizada confrontación litigiosa. Fincher se reivindica de nuevo como sabio de la narración, como ya hiciera en su injustamente olvidada Zodiac, y capta la atención del espectador durante las aproximadamente dos horas de metraje del film, utilizando para ello una delicada y embaucadora dirección de las que uno se siente reconfortado ante el panorama cinematográfico actual, orientado a la anarquía narrativa y al ahorro de medios. Fincher sumerge al espectador en una amalgama de vocablos técnicos  e informáticos que quizás puedan descolocarle en los prolegómenos del film, aunque con ello destile una pericia extraordinaria en el perfilado de personajes y un acercamiento a la psique del protagonista, verdadero motor del film. 

"La red social" parte de un axioma predeterminado, limitado y sencillo, pero eficiente y magníficamente desarrollado, mostrando la cara oculta y poco amable de una patente rentable, pero una bomba de relojería por su facilidad de despertar los instintos más primarios del ser humano. Es aquí donde la cinta muestra sus mayores virtudes, y la eterna paradoja de cómo una herramienta que acerca personas y fomenta la amistad logra la desunión y la controversia entre sus artífices, gracias no sólo a la solidez del guión sino a la eficiente labor actoral, especialmente de Jesse Eisenberg, quien caracteriza un Mark Zuckerberg tan brillante por su coeficiente intelectual como frío, egoísta y autómata en sus relaciones personales. Amistad podrida por la ambición y el dinero es, en resumidas cuentas, el mensaje que sobrevuela a medida que progresa el metraje. 

Tras haber visto recientemente "Wall Street: El dinero nunca duerme" no puedo resistir a realizar una comparativa entre ambos filmes, y es que el de Fincher bebe de las influencias Stonianas y ofrece un manual de bolsillo de cómo prosperar en el arduo mundo de los negocios, a toda costa y por encima de todo ser que pueda considerarse competencia, o no. "La red social"  ya se perfila como candidata a arañar algún Oscar, y lo cierto es que motivos, especialmente en aspectos de guión, no le faltan, aunque es de justicia aseverar que no estamos ante una película de especial entidad, aunque sí posee la virtud, algo inusual en los tiempos que corren, de una fluida y ligera narración, que no es poco.

viernes, octubre 08, 2010

Amador: Un más allá muy cercano

Han tenido que pasar cinco años para poder asistir al nuevo proyecto del director español social por excelencia, Fernando León de Aranoa, quien siempre se sitúa, y junto a él su cámara, al lado de los sectores de la población más desfavorecidos, cuando no profundamente marginales. Tras su obra más irregular en su prometedora carrera, "Princesas", el realizador madrileño, ajeno a toda corriente comercial, vuelve a poner el corazón en un puño al espectador con "Amador", que bifurca su planteamiento discursivo entre la dificultad laboral de los inmigrantes y el abandono del que son objeto los ancianos por parte de sus familiares, dos temas aparentemente inconexos pero que en "Amador" se interrelacionan con acierto, brío y sobrada entereza.

León de Aranoa vuelve por sus fueros, de los que nunca ha escapado, introduciendo al espectador en contextos miserables, de real supervivencia económica, de futuros poco halagüeños y de existencias vacías. Frente a este escenario desolador, desde el que Aranoa hace uso para hacer gala de su exposición más política y reivindicativa, va tejiendo una historia a dos bandas de personajes abandonados, solos a pesar de estar físicamente acompañados, y que constituye el eje central del film. Con un guión inicialmente poco prometedor y un tanto convencional, "Amador" consigue embaucar al espectador con una progresión creciente en su linealidad narrativa, generando una inconsciente empatía y una solidaridad, aunque inmoral, con la protagonista, que hace que se le reste importancia a la aparente ingenuidad o la falta de verosimilitud de determinados cabos del guión. "Amador" se configura como una película sobre la desolación, sobre cómo el amor puede traspasar las fronteras de lo puramente vital, empleando para ello un ritmo pausado, contemplativo, que extrae las virtudes del elenco actoral, y que incluso aporta ciertos tintes de suspense realmente conseguidos. Es imposible no conseguir identificarse con el espíritu vitalista y luchador de Marcela, condenada a una situación opuesta a sus principios morales, pero obligada a sufrirla para su subsistencia diaria y la de su futuro hijo, verdadera demostración de amor.

"Amador" alcanza su mayor éxito gracias a un guión sobresaliente en cuanto a perfilado de personajes, exposición de plantamientos y mensajes de fondo, y en su extraordinaria combinación de drama con la comedia negra. Así, y con el fin de no castigar especialmente al espectador, Aranoa introduce tiempos muertos, de relax, y que son agradecidos, donde los personajes debaten, con la realidad social de fondo, cómica y triste a la vez, sobre la moralidad y la ética de sus acciones (es aquí donde debe citarse la soberbia interpretación de Fanny de Castro, un oasis entre tanta aridez y desasogiego provocado por la situación límite de la protagonista). Con todo, sin ser una película redonda, sería un despropósito y una inmoralidad negar a "Amador" sus aciertos respecto a su valentía narrativa, su desarrollo minimalista, sus claras pretensiones reivindicativas y su explícito mensaje de dolor y angustía contenidas.

jueves, octubre 07, 2010

Buried (Enterrado): Cuando la agonía se convierte en (in)moralidad

De un tiempo a esta parte la industria del cine ha venido ideando una serie de propuestas innovadoras, a la par que discutibles, que comulgan con la rentable idea de mostrar sensaciones humanas en primer plano, casi siempre agónicas, con un envoltorio formal austero, precario y conscientemente realista, por molesto que pueda esto resultar. Así, han surgido ejemplos como "El proyecto de la bruja de Blair" o "Paranormal activity" que han rehuído de los cánones tradicionales de rodaje, dramatización y montaje, para optar por una exposición en primer plano del terror a costa de una factura limitada e incluso nula. Partiendo de estas dos (fallidas) premisas, Rodrigo Cortés creyó firmemente en un proyecto imposible de filmar para muchos realizadores, y abordó una aparante utopía mediante la que debía convencer al público que sostener una película con un sólo actor, con una unidad de tiempo y lugar, era posible. Pocos lo creyeron,  pero el resultado le ha dado la razón.

"Buried (Enterrado)" traspasa las fronteras de lo cotidiano, arriesga hasta el extremo y subvierte los principios formales y narrativas de todo género cinematográfico, haciéndose excesivamente complicado clasificar al film en uno de ellos, a pesar de sus evidentes elementos de terror. Ante la escasez de opciones por parte del realizador a la hora de afrontar la composición y planificación de su película, Cortés se apoya en un guión sólido que pasa de ser la gran duda para sustentar la edificación a convertirse en el verdadero motor propulsor del devenir narrativo. Gracias a él el espectador asiste a una progresiva tortura psicológica que llega en ocasiones a poner al límite su capacidad de aguante, por lo claustrofóbico y agónico de su desarrollo, a la vez que se le plantea un discurso de carácter moral que sin duda es lo mejor del film, merced a las conversaciones telefónicas a dos bandas que el protagonista mantiene y que actúan como un puñetazo a lo más profundo del ser humano, a su cobardía, a su falsa solidaridad, al sálvese quien pueda y en el peor de los casos, a extraer beneficio propio ante el sufrimiento ajeno. Todas estas ideas de corte reflexivo y personal que planean sobre la película se unen a la explícita sobre la crueldad de la guerra (en general) y la búsqueda de un por qué a la misma.

Quizás algunos sólo vean 90 minutos de sufrimiento humano, un vano ejercicio de estilo con pocos recursos cinematográficos, algo con lo que comulgaría en caso de quedarse el film en la mera superficie, en el puro estilismo formal, pero afortunadamente "Buried (Enterrado)" sólo y sabiamente aprovecha el plantemiento como contexto a un relato de supervivencia, no sólo por escapar de la caja que oprime y asfixia al protagonista, sino por encontrar su verdadero enemigo, aquel que está fuera de esa caja.  Rodrigo Cortés ha confirmado su valía y talento como realizador, además de exponer sus firmes creencias en aquello que aparentemente todos dan por muerto, como al protagonista de su película. 

jueves, septiembre 30, 2010

Machete: Vidas macarras

Que nadie se lleve a engaño. Robert Rodriguez no es un gran director de cine, no se le conoce película alguna de provechosa trascendencia emocional, reflexiva o intelectual. Rodriguez es la vena más salvaje y desprejuiciada de Tarantino, un privilegiado que rueda el tipo de películas que él adora y profesa una extrema devoción, sentimiento que es compartido por gran parte del público, ávido de recibir elementos primarios en el ser humano, esto es, violencia y sexo.

La anterior propuesta de Rodriguez, Planet terror, desconcertó a unos y encandiló a otros, ya que exhibía un nostálgico desfile de casquería de aparente bajo presupuesto con el que era difícil no comulgar y compartir una cercana simpatía o, al menos, esbozar una sonrisa por lo absurdo y exagerado de su apuesta. Si la gallina sigue dando huevos de oro, era lógica su explotación, y así parece resurgir un género, el del Grindhouse, que hoy destaca más por sus planteamientos cómicos que por su calidad global. Nada parece tomarse en serio en "Machete", desde su puesta en escena, pasando por el efecto de película desgastada, las interpretaciones sobreactuadas de los personajes, sus personajes planos y carentes de carisma alguno, (especialmente los femeninos, meros objetos de deseo) su guión plagado de convencionalismos y falta de chispa y del que no difiere en absoluto de las infames obras protagonizadas por Chuck Norris, aunque con tendencia ideológica y política totalmente opuestas. "Machete" no es más que una sucesión de set pieces de acción, en la que sorprende el humor negro y la ocurrencia compositiva de las primeras, entre las que se intercalan secuencias de diálogo anodino, y que no consigue evitar su autoagotamiento, una desquiciante capacidad de magnetismo y un prolongado declive a partir del ecuador de su metraje, desembocando en un final risible y falto de todo rigor  y epicidad. Ni siquiera las ínfulas del spaghetti western, las artes marciales y el espíritu televisivo consiguen hacer levantar cabeza a un producto que, a pesar de su descaro y de su pretendida simpatía por su intencionada defectuosidad, asiste a un desgaste progresivo que hace del chiste una broma de mal gusto. 

"Machete" supone un divertimento de puertas para adentro, una broma interna para deleite de viejas glorias, almas en pena y amigos íntimos de Rodríguez, donde la hipérbole, la chulería y el cachondeo suplen al guión tradicional. Incluso el aire crítico que respira el film, con el trágico tema del surgimiento de un brote xenófobo en EE.UU. por la inmigración ilegal y las propuestas de leyes contra el éxodo mejicano quedan en un segundo plano ante la pericia del protagonista en su mayor arte, el del desmembramiento y la aniquilación. Lo cutre y la caspa están de moda, tras "Los mercenarios", llega este "Machete" dispuesto, según las palabras del mismo personaje que interpreta, a "sacar la basura". Quizás debería empezar por su casa.

Carancho: Reparto de migajas

Hasta la fecha, el realizador argentino Pablo Trapero se ha caracterizado por destilar un cine cargado de crítica y denuncia social, así como un descriptivismo mordaz de los más bajos instintos de la condición humana. "El bonaerense" o "Leonera" dieron buena cuenta del talento de un director que ha sabido conectar con el espectador por un lado mediante la agilidad del ritmo impreso en su obra y, por otro, demostrar sus capacidades expositivas y su valía en aspectos puramente técnicos. 

"Carancho" supone otra hendidura en la llaga de la crueldad humana, del provecho económico gracias al sufrimiento ajeno, una inmersión a un submundo plagado de aves de rapiña dispuestos a sacar rédito de la desesperación y el abatimiento humanos. Trapero denuncia, con extraordinaria y milimétrica dedicación, un complejo y vergonzante entramado donde individuos con pocos escrúpulos actúan al margen de la legalidad y de sentido racional y moral alguno, mediante un discurso fluido aunque no siempre provisto del suficiente interés. Así, "Carancho" sube enteros cuando se enfrenta a esa bajeza moral y a profundizar sobre el tema de fondo, la trama que se cierne sobre el rentable negocio de los accidentes de tráfico, pero se deshincha en algunas bifurcaciones narrativas, pecando de previsibilidad y recursos tópicos en ese ambiente malsano que rodea este thriller. Afortunadamente, estos pequeños defectos son solventados gracias a una natural y convicente labor actoral, especialmente el tándem protagonista, quienes no sólo portan el peso del devenir fílmico, sino que se muestran como personajes heridos y sufridos en situaciones límite.

Técnicamente Trapero ha evolucionado respecto a su pasado, y así no sólo usa y abusa de su tradicional oscuridad fotográfica, de aire explícito, sino que flirtea con el plano secuencia, un tanto primario, mostrando verosimilitud y agilidad a momentos puntuales del metraje, lo cual no es síntoma sino de compromiso y responsabilidad por parte de un director con bases muy asentadas y una finalidad prediseñada. Pocos peros  se pueden reprochar a una película que, sin ser de gran altura, se antoja sincera, contestataria y muy cuidada, a pesar de su exterior sordidez y su decaimiento intermitente.

viernes, septiembre 24, 2010

El gran Vázquez: Simpatía y desvergüenza

La irrupción del mundo del tebeo y del cómic en los cines no siempre, mejor dicho, pocas veces ha sido  productora de gratos resultados. Mortadelo y Filemón trataron, con mayor pena que gloria, trasladar sus peripecias aventureras a un celuloide que evidenció la abismal diferencia entre el papel y el cine. Por ello, el acierto principal de El gran Vázquez es haber empleado este universo de la tinta y el papel únicamente como instrumento vehicular del retrato de un personaje digno del mejor de las tiras cómicas. 

Santiago Segura encarna a un Manuel Vázquez despreciable como persona y genial como artista, interpretando con solvencia los pasajes cómicos, aunque evidenciando sus carencias actorales en las secuencias donde el dramatismo copa protagonismo, defectos que se ven sabiamente ocultados con el sensacional apoyo de lujo de los secundarios, destacando a Alex Angulo, Enrique Villén y Manuel Solo. El film destila encanto y simpatía a raudales, máxime con la estupenda recreación de la Barcelona del 64 donde realidad y ficción cómica van de la mano, gracias a un humor blanco, inocente y socarrón, que incita a la carcajada merced al esperpento y la desvergüenza destiladas  por el protagonista. A pesar de su soltura, la película muestra síntomas de excesivo perfilado del personaje central (toda ella es una descripción del genial dibujante), y desprende un cierto estancamiento narrativo especialmente en el último tercio de metraje, aunque estos fugaces baches son inmediatamente superados y olvidados por una genialidad cómica.

La carencia de moralidad alguna y de valores de Vázquez, a pesar de aferrarse a unos principios más que discutibles, es sin duda el punto álgido y eje central del film, donde radica el peso del mismo y en torno a él giran las distintas ramificaciones narrativas que, con mayor o menor acierto, van surgiendo sobre la marcha. Esta disgregación nos permite conocer personajes ilustres como Francisco Ibáñez, descubrir episodios reales aunque aparentemente inverosímiles del dibujante, y, por encima de todo, admirar su obra y dedicación a sus personajes de ficción. Oscar Aibar demuestra su sabiduría del particular universo del cómic (no en vano comenzó viviendo de él) y firma su mejor película hasta la fecha, que no sólo engrandece su expediente personal sino que revitaliza, aunque sea brevemente, una carrera la de la cinematografía española no precisamente boyante ni la de que presumir. 

Sin ser una comedia de altura, El  gran Vázquez hace digno honor, mediante su espíritu anárquico y desenfrenado, a los tebeos a los que todos nos hemos asomado en algún momento de nuestra vida y que debemos mostrar a generaciones presentes y futuras. Vázquez así lo habría querido (siempre que hubiese remuneración a cambio, claro).

miércoles, septiembre 22, 2010

El americano: Sangre fría

No estamos ante la primera , y muy probablemente tampoco la última, vez que la promoción y los adelantos de los largometrajes en forma de trailers provocan una concepción y unas expectativas muy desorientadas y totalmente desvirtuadas del acabado producto final. "El americano" ha sido un claro ejemplo de una manipulación en forma de montaje que ha acarreado que muchos espectadores, tras el visionado de la película, se hayan sentido altamente defraudados. Y es que hay que dejarlo claro, "El americano" no responde a los convencionalismos del thriller norteamericano, más versado en aspectos rítmicos y de acción que de perfilado psicológico y profundización introspectiva de personajes, lo que ha generado cierta sensación de desazón e incluso repulsa a un film notable, de buenas hechuras fílmicas, pero carente de personalidad propia y capacidad independiente de progresión narrativa. 

Clooney siempre se ha caracterizado por simultanear en su vida profesional de forma muy inteligente su faceta de galán hollywoodiense con un meticuloso sentido de la selección de sus papeles, a veces incluso arriesgado. "El americano" supone un reto más en su dilatada carrera, cargando con el peso de la película y acaparando toda la responsabilidad, hazaña de la que sale airoso, interpretando un personaje solitario, gélido en su interior, pero profundamente dolido y deseoso de afecto humano (femenino). Su realizador, Anton Corbijn, se aleja de los esquemas del cine norteamericano y destila un inspirado estilo europeísta a la mayor gloria de Robert Bresson, adoptando una cadencia rítmica pausada, reposada, de la que resulta una película contemplativa, distanciada y muy cuidada en aspectos formales, encarando cada plano como una diapositiva pictórica para deguste del espectador. Sin duda éste es el mayor acierto del film, amen de la introducción de bellas metáforas, como la de la mariposa que personifica al protagonista, y que engrandece la labor del director como creador. No puede decirse lo mismo de su guión, piedra angular de todo film, y que en este caso evidencia sus carencias, su flagrante vacío expositivo, y lo que es peor, sus notorios signos de incapacidad de progresión y desarrollo, que la convierten en una película con acusados síntomas de hieratismo funcional crítico y nula capacidad magnética y empática con el espectador, aunque de ello, afortunadamente, no se derive el tedio.

El resultado es un trabajo magistralmente realizado a nivel técnico, pero carente de una propuesta sólida y de suficiente atractivo para el espectador medio, y que, combinado con sus defectos en el desarrollo fílmico, hacen de "El americano" un producto elegante, distinguido, muy alejado de los convencionalismos del thriller made in USA, pero que requiere de una mayor profusión y dedicación en su aspecto puramente literario y narrativo.

jueves, septiembre 16, 2010

El cine francés se queda huérfano sin Chabrol

El fallecimiento del que fue apodado como "el Hitchcock francés" ha causado una gran conmoción en el pais vecino, ferviente devorador de su propia cinematografía. No soy amante de repasar la vida y obra de aquellas personas que ya nos han dejado, para eso están los libros de cine y las biografías autorizadas, por lo que tan sólo apuntaré lo más importante de un muy productivo realizador que, a pesar de su irregularidad, consiguió meterse al público y a la crítica en el bolsillo gracias a su inspiración creativa y a su buen hacer, y eso es su trabajo, su cine. 

Chabrol elevó a los altares a la grandísima actriz que hoy es Isabelle Huppert, pero también contó con otras intervenciones de peso como las de Jean Louis Trintignant, Jean Paul Belmondo, Anthony Perkins y Jodie Foster, en una filmografía muy variada en cuanto a concepción y género. Bien es cierto que no siempre ha sido brillante, pero, sin haber abarcado toda su obra, puedo decir que no he conocido film alguno firmado por el cineasta galo que no reúna los mínimos exigibles de calidad. Cine de personajes, de actores en estado puro, de situaciones, conflictos y enfrentamientos, de inspiración teatral y de muchos, muchos quilates. Gracias por el chocolate, y por tu cine, maestro.



lunes, septiembre 13, 2010

Todo lo que tú quieras: Lecciones de paternidad

Achero Mañas se caracteriza por ser un director joven, prometedor, y que si cuenta con una corta filmografía no es, desde luego, por falta de dedicación o inspiración creativa, sino porque, como bien él mismo ha manifestado, necesita situarse tras la cámara cuando realmente está preparado y cuando dispone de algo que contar con el suficiente interés y atractivo. Tras la deslumbrante "El bola" y la incomprendida "Noviembre", el director madrileño vuelve a indagar en las interioridades humanas, hurgando en las fisuras de las relaciones sociales y personales, a través de ricas metáforas precisas en su planteamiento, aunque no tanto en su ejecución y desarrollo.

"Todo lo que tú quieras" deja en manos de Juan Diego Botto una responsabilidad que pesa como una losa, y esta es la de interpretar un doble rol, el de padre y el de madre, mediante un burdo acto de transformismo, con el único fin de tratar el shock psicológico que su hija pudiese sufrir tras haber sido testigo de la pérdida de su madre. Afortunadamente, las tablas del actor hispano-argentino salen a relucir y es él quien dirige magistralmente la acción de la película, un tanto arrítmica y falta de contenido en algunos momentos, pero siempre interesante y complaciente. Mañas trata de eludir con acierto la lágrima fácil, el exceso de dramatismo y la búsqueda del espectador, componiendo un relato sensible y emotivo a la par que crítico con la hipocresía social y los innatos prejuicios de la especie humana. Realidad y transformación se dan la mano en un texto que, si bien adolece de cierta falta de pulso, de un hieratismo intermitente y una ingenuidad incluso infantil, deja claro sus postulados y su mensaje catalizador. 

Sí se esperaba algo más de esmero en el aspecto técnico, pues el realizador madrileño abusa demasiado del formato televisivo, especialmente en la primera fase del metraje, resultando un montaje un tanto automático, y al que no ayuda la apagada fotografía, grisácea y de tonos oscuros, a la que cuesta acostumbrarse. Sorprende, por otro lado, aunque sin demasiados alardes, la partitura de Leiva, componente del grupo pop Pereza, especialmente en un par de temas donde subraya con precisión la emotividad latente que desprenden las imágenes.

Achero Mañas ha demostrado, y lo sigue haciendo, ser un director digno de elogio, por sus propuestas distantes de la corriente arquetípica en el cine español, y en "Todo lo que tú quieras" vuelve a ponerse el disfraz de realizador contador de historias cotidianas, familiares, profundas, sinceras y sentidas. Películas con mucho corazón, esfuerzo y sentimiento, irregulares, sí, imperfectas, también, pero humanas. 

miércoles, septiembre 08, 2010

Conocerás al hombre de tus sueños: Mero trámite

A estas alturas, considero que Woody Allen ha demostrado con creces que su forma de encarar y ejecutar sus proyectos dista mucho de aquella que le otorgó fama, reconocimiento y, ante todo, respeto entre la masa cinéfila. La sobrecarga de trabajo a la que voluntariamente se somete el autor neoyorquino, consistente en escribir, sin descanso alguno, una película por año, acarrea las lógicas consecuencias de una irregularidad que, por momentos ha devenido en síntomas críticos y fatales de falta de identidad e inspiración, a la vez que ha devuelto fugaces amagos de recuperación del mejor Allen. El director ha visto en Europa un refugio donde es acogido con mimo y adoración, y así ha conseguidoi(fácilmente) rodearse de productores ejecutivos del viejo continente (uno de ellos el mismísimo Jaume Roures) quienes le conceden plena libertad creativa de un modo casi podríamos decir que servilista, algo que el espectador, seguidor de la filmografía de Allen, agradece.

La propuesta anual que nos ofrece Woody Allen ahonda en el retrato que magistralmente éste hace de las relaciones de pareja, de las crisis matrimoniales, del desgaste rutinario, de la falta de apasionamiento, de la necesidad del cariño y la complicidad humanas, y de valorar las cosas sólo cuando las hemos perdido. "Conocerás al hombre de tus sueños" juega con la comedia, pero sólo en momentos puntuales, flirtea con la socarronería y la acidez innatas de Allen, apostando por un contexto dramático de unas vidas erosionadas y con escasas expectativas futuras. No faltan los dardos críticos que en esta ocasión impactan en la figura del hombre, un ser en estado de evolución, guiado por puros sentimientos sexuales y del que mismo Allen se muestra avergonzado. 

El realizador vuelve a demostrar su pericia a la hora de dirigir actores y situaciones, afrontando una historia coral, dispersa en sus ramificaciones individuales pero que bebe de una fuente común. alcanzando cotas máximas de consecución y savoir faire el relato central protagonizado por Naomi Watts y Josh Brolin. En cierto modo se le puede achacar una cierta falta de encaje y cierre de las historias particulares, dejando en el aire y al arbitrio del espectador su resolución, pero probablemente ni Woody Allen ni nadie supiese resolver estas cuestiones vitales. Allen supera airoso su examen anual con una película que no evoca en absoluto, ni tampoco lo pretende, a su pletórica etapa pretérita, pero invita a la reflexión y apunta elementos de interés dentro de la triste cotidianeidad sin perder un ápice de su personalidad.

martes, agosto 31, 2010

31 de agosto: El día de los no muertos

Capcom ha sabido calmar los ánimos de aquellos jugones que ansian poner las zarpas encima de un título esperado por todo amante del género zombie. Y es que, cuando aún quedan tres semanas para el lanzamiento oficial de la secuela de uno de los juegos de zombies más laureados de la nueva generación, Dead rising, la compañía nipona pone a disposición de los usuarios de Xbox 360 un prólogo que enlaza las historias de ambos títulos y sirve para entretener a la multitud ansiosa. Dead rising 2: case zero, que ese es su nombre, aparece hoy en Xbox live a un precio módico de 400 MP (unos 5 euros) y ofrece aproximadamente cinco horas de desparrame zombie, con todo lo que ello conlleva, sangre, vísceras y un humor negro descacharrante que hará las delicias de los amantes del género.

La mecánica es exactamente igual a la de su predecesor, esto es, tratar de sobrevivir a una invasión zombie con el añadido de estar supeditado al paso del tiempo, y es que la hija del protagonista, Chuck Greene, está infectada, por lo que éste deberá buscar Zombrex, la medicina que paraliza los efectos de la mutación, y administrársela cada cierto tiempo. Aumenta así la sensación de agobio en un juego cuya jugabilidad se verá potenciada con el modo cooperativo que podremos disfrutar en el juego definitivo. Respiren hondo, alcen sus bates de béisbol, abran la puerta y.... ¡¡a por ellos!!


jueves, agosto 26, 2010

Mafia II: Discípulos de Capone

Tan sólo queda un día para que se pueda adquirir en las tiendas uno de los juegos más esperados y con mayor dedicación y desarrollo, habiendo conseguido animar los flojos meses de julio y agosto en lo que a cuestión de lanzamientos videojueguiles se refiere. Mafia II, desarrollado por 2K Games, se presenta como la secuela de un título que pasó desapercibido en formato consola y que lo elevó a obra de culto entre los usuarios de PC. Han sido varios años de duro trabajo, de mucha expectación y por fin podemos degustarlo tanto en versiones de consola de sobremesa como en PC, siendo ésta, lógicamente, la que mayor potencial gráfico ofrece.

Mafia II ha generado opiniones muy dispares dentro de los medios de comunicación especializados, desde aquellos que lo tildan de obra maestra a aquellos que critican su linealidad y falta de libertad. La sombra de GTA es alargada y siempre planea sobre cualquier juego donde la libertad parece ser el buque insignia. El título de 2K Games apuesta más por un sólido e inmersivo guión, ofreciendo al jugador encarnarse en un matón de poca monta que poco a poco se va haciendo respetar por el despliegue de su particular sentido de la justicia. Para aquellos que gustan del cine negro de corte clásico, esta puede ser una magnífica opción para combatir el sofocante calor veraniego.  

viernes, agosto 13, 2010

Zombis nazis: Pura, y simplemente, nostalgia

A nadie se le escapa que las películas con intervencionismo zombi han pasado a configurar un género autóctono, enfocado a un específico público y en el que aportar elementos innovadores se ha convertido en tarea olvidada. "Zombis nazis" (horrible traducción del original Dead snow) no es más que un fanático divertimento con ciertos guiños nostálgicos y mitómanos a aquellos emblemas del género que vieron crecer a su joven realizador. Así, referentes del género slasher y ejemplos concretos como "Posesión infernal", "La noche de los muertos vivientes" o "Braindead" campean a sus anchas por una cinta desvergonzada que no debe tomarse en serio porque ni siquiera sus artífices hacen lo propio. Mejorable en su primera parte, donde salen a relucir todos y cada uno de los clichés del género, "Zombis nazis" alcanza su apogeo climático en su segunda mitad, donde abandona su conducta cohibida y da rienda suelta a un gore inofensivo y cómico, y en el que los despieces, amputaciones, desmembramientos y casquería variada son los absolutos protagonistas, mostrando un terror a plena luz del día (perdiendo, en gran parte, el efecto terror y apostando por el tono humorístico y exagerado). Cabe apuntar que el director no se ha tomado mayor preocupación a nivel argumental que vincular a los enemigos de su película en un contexto histórico, respondiendo el resto de su obra a los trillados y convencionales elementos de género, algo que, por otro lado, tampoco requería mayor dedicación. Aún así, con sus defectos técnicos y narrativos, especialmente en su arranque, "Zombis nazis" es un eficaz, aunque fugaz, entretenimiento para un espectador asediado por una cartelera plagada de blockbusters anodinos y prescindibles.

Origen: Encajando el puzzle

Christopher Nolan es, hoy por hoy, uno de los realizadores con mayor proyección y más interesantes del panorama cinematográfico hollywoodiense. Su fino sentido del ensamblaje entre la disección, casi enfermiza, de la psicología humana, y una concepción formal digna de una superproducción ha logrado aunar los aplausos de dos sectores tan aparentemente enfrentados como crítica y público. "Origen" es un delicioso manjar preparado a fuego lento y siguiendo a rajatabla una elaborada receta, donde nada tiende a la improvisación, provocando en el espectador una pausada y agradable digestión que, a la vez que lo sumerge en un mundo fascinante, lo somete a un estricto interrogatorio metafísico y existencial. Y es que "Origen" merece un segundo, un tercer y un cuarto visionado, dada su inabarcabilidad en su primera toma de contacto. Nolan tiene el don para atrapar al espectador con un discurso no apto para todas las mentes, dotándolo de un envoltorio trepidante y espectacular, pero necesario a la vez, sin que el handicap de la película resulte ser su metraje. Thriller, ciencia ficción y drama se dan la mano en un film que deja exhausto al espectador en su primer visionado, pero le genera adicción para retornar a ese laberinto críptico y cuasi indescifrable que sólo puede haber sido obra de una mente lúcida y despierta. "Origen" pasará, con el paso de los años, a ser una obra de culto de un cineasta que ha optado por tomar el rumbo contrario en el adormilado y acomodado Hollywood.

martes, julio 27, 2010

Hay un amigo en mí, y unos genios en Pixar


Excepcional colofón a una saga que ha sabido conjugar magistralmente la vivacidad, la exhibición animada y la rítmica con mensajes de trascendencia vital y existencialista sin caer en tendencias discursivas ni moralistas. Al contrario que la antaño exitosa y sorprendente franquicia de Dreamworks, Shrek, Toy Story sí logra hacer funcionar el engranaje que otorga sentido global a la trilogía, alcanzando una interdependencia de cada uno de sus episodios que evita la tentación de situar uno por encima de otro. Disney Pixar ha vuelto a dar vida a unos seres inanimados y los ha personificado extraordinariamente bien, tanto en su vertiente más emotiva y tierna como en su faceta más cruel y despiadada. El logro, sin duda alguna, recae en los guionistas, sin desmerecer el magnífico trabajo de los animadores (aunque bien es cierto que ya no existe ese factor sorpresa de antaño), ya que han sido ellos los artífices de un relato que, por un lado transmite candidez y un mensaje que abre los ojos al espectador sobre el inexorable paso del tiempo, mientras que por otro hila una intrépida aventura que incluso flirtea con elementos de terror y que transcurre por sitios tan cotidianos y urbanitas como una guardería o un vertedero (verdadero puntó climático del film). Toy Story es puro espíritu Pixar, fiel a sus planteamientos, lo que se traduce en un film creciente, que consigue emocionar al espectador, arrancarle una sonrisa y devolverle a su niñez, a la par que se jacta de caricaturizar ciertos personajes y meterse en el bolsillo al público adulto, quien disfruta del contenido mientras sus vástagos lo hacen de las atractivas formas.

Volviendo a la calle del Olmo... ¿alguien lo pidió?


Consecuente con la modernista tendencia de revisar y actualizar filmes del género de terror (cada vez más recientes, por otro lado), con el único fin de acercarlo al público adolescente menos exigente y extremadamente conformista, revive en la gran pantalla uno de los psycho killers que más noches de insomnio ha causado en la juventud ochentera, Freddy Krueger. Samuel Bayer, novato en el largo, se muestra cauto ante un producto que ya aterriza desgastado y reutilizado, adoptando una postura meramente ocular y sin extremar demasiados riesgos, lo que denota una fidelidad respetuosa con la película original que provoca el primer alivio en el espectador, que ha asistido a una degradación imposible de una saga que comenzó erigiéndose como innovadora y concluyó rescatada del lodo más pestilente. Aún así, la nueva entrega de Pesadilla en Elm Street trata de revitalizar un film que, aunque serio y honesto, le es achacable un evidente envejecimiento prematuro, lográndolo sólo en sus aspectos formales y tangenciales y, desgraciadamente, tirando por tierra el mayor logro del film de Wes Craven, dotar de carisma, a pesar de su frialdad y crueldad, al personaje de Krueger, que aquí desfila por la pantalla sin alma ni atracción ninguna. Bayer recoge el discurso original, calca muchas de las secuencias de la película de 1984 y se limita al mero reciclaje, a la introducción de elementos más sanguinolentos y a la realizacion semiautomática, sin aportar un ápice de novedad ni elaboración, apoyando en exceso su sentido del terror en el golpe de efecto y en el susto sonoro, técnica común en la actualidad y que denota flagrantes carencias narrativas y expresivas. "El origen" al que alude el título de la película no resulta ser más que una aclaratoria e infantil explicación, con tintes morales que resuenan a justificación marcadamente reaccionaria, del surgimiento icónico de Fred Krueger, lo que sirve en bandeja a su director a ofrecer un breve prólogo y una secuencia aislada, narrada en la saga original, y plasmada en pantalla en esta nueva adaptación. Se reduce con ello a la mínima expresión la labor reflexiva del espectador, a quien se le ofrece un plato precocinado y recalentado, listo para comer. Cuestión de los tiempos que corren.

lunes, julio 12, 2010

La imagen del día, del año, de mi vida

Se hizo de rogar pero por fin llegó. Hoy es de esos pocos días en los que comienzas la jornada laboral con una sonrisa y una alegría interior contagiosa. ¡¡Felicidades, Campeones!!

miércoles, junio 09, 2010

Disfrutando del buen western

Mucho se lo han trabajado los amigos de Rockstar Games para tratar de ambientar con la mayor fidelidad posible el atractivo mundo del western en esta su nueva joya en forma de videojuego, Red dead redemption. Si lo simplificásemos demasiado, podría decirse que es una traslación del ambiente urbanita y de bajos fondos que ya vimos en GTA IV al lejano Oeste, pero, como digo, sería simplificar en exceso las cosas. Rockstar ha logrado (de nuevo) atrapar a la perfección la perfección de un ambiente, de una forma de vivir, y plasmarlo en una experiencia jugable donde ninguna partida es igual a la anterior, y donde nuestro comportamiento variará, y mucho, el desarrollo de la historia. Horas y horas de diversión en una impresionante e inmersiva aventura que se complementa, para los más jugones, con un sistema multijugador que evita que esta maravilla técnica tenga fecha de caducidad. 




martes, junio 08, 2010

Habemus nuevo Iphone

Apple no para, y teniendo en cuenta que ninguno de sus productos es precisamente barato, está claro que el público objetivo de esta compañía no es la gran masa social (aunque bien es cierto que sus artículos baten récords de reservas y se agotan pocos días después de su lanzamiento, véase el caso del reciente Ipad). Pues bien, a pesar de no contar ni un año desde que vimos la versión renovada del Iphone original, denominado 3GS, ya tenemos aquí el nuevo modelo, bautizado como Iphone 4 (comerse la cabeza lo cierto es que no lo han hecho mucho). Entre sus novedades destaca la incorporación de una cámara frontal, lo que permitirá la videollamada; sistema multitarea (aunque el último software del 3GS ya lo incorporaba, pero en versión limitada); cámara de 5 megapixels con flash; grabación de video en alta definición (720p), aplicación Ibooks, para leer libros electrónicos; organizador de aplicaciones en carpetas; edición de video mediante Imovie, etc.

Otro de los grandes lastres de los modelos vigentes era la batería, que se consumía con gran rapidez, especialmente si hacíamos uso de wifi, bluetooth o 3G. Según Apple, la batería de este nuevo modelo de Iphone podrá aguantar 300 horas en espera y entre 6-7 a pleno rendimiento. El precio oscilará entre los 199 y los 299 dólares (es decir, 200 - 300 Euros, debido a la errónea aplicación de la paridad euro-dólar), según el modelo, 16 o 32 Gb. Obviamente los modelos anteriores sufrirán una sustanciosa rebaja que quizás impulse sus ventas (de hecho, el 3GS me sigue pareciendo hasta la fecha el mejor y más completo terminal).

La fecha de salida del nuevo Iphone será el 24 de junio. A Europa llegará durante el mes de julio. Veremos si tanta precipitación por parte de Apple y la excesiva acumulación de revisiones de su móvil estrella no le pasan factura.

jueves, marzo 18, 2010

¿Rock? in Rio



Nunca dejará de sorprenderme hasta qué punto los fenómenos de masas pueden llegar a tal nivel de degradación en una afanosa búsqueda de la rentabilidad fácil, movida por la ambición puramente económica. Es lo que ha ocurrido con el festival Rock in Rio, que naciera allá por el año 1985, donde bandas de rock duro daban lo mejor de sí en un macroconcierto que aunaba a lo mejor del panorama internacional musical dentro del sector más heavy. No sólo Brasil, lugar se celebraba este evento, se movilizaba, sino que gente venida de todo el mundo, amantes de este tipo de música, abarrotaban el recinto, no teniendo nada que envidiar a otros macrofestivales como Donnington o Monsters of Rock. Iron Maiden, en el festival inaugural, sonaban tal que así:



Con el paso de los años, y el traslado de este festival a otras ciudades (curiosamente conservando su nombre original), como Lisboa o actualmente Madrid, sus organizadores han tratado de abrirse a otras músicas, lo que, por un lado, supone una alternativa y una posibilidad de elección dentro del mundo del ocio. Pero lo triste es que la excepción se ha convertido en norma y cuando hace dos décadas AC/DC o Iron Maiden atraían a las masas, ahora es Shakira o Hannah Montana los reclamos publicitarios. Sí, aún queda un pequeño reducto de melenudos para regocijo de aquellos que dieron forma y trascendencia a un festival que se ha convertido en una sucesión de artistas poperos, todos ellos de renombre, pero que no hacen justicia al nombre del evento. Por ello, señores organizadores, eliminen el término "rock" de su festival, y es que este género musical se merece un respeto.

En esta edición, y aunque no soy seguidor del rap y del hip-hop, destaca la presencia de la banda Cypress Hill, donde a buen seguro deleitarán al público con su mítico tema "Insane in the brain".

martes, marzo 09, 2010

Talento oculto

Una vez finalizada la subasta solidaria, vuelvo a retomar este blog que tenía algo olvidado. Y lo hago con un video de un anónimo que he encontrado por youtube, donde suelo asombrarme ante verdaderos talentos que tocan con destreza un instrumento musical. Aprovechando que acabo de ver "Los hombres que miraban fijamente a las cabras", donde puede oirse un par de veces el extraordinario tema de Boston, "More than a feeling", he considerado oportuno revivir aquel mítico tema con una interpretación, a la batería, de un chaval con mucho desparpajo que, en mi opinión, borda la canción. A disfrutarlo.

lunes, enero 25, 2010

Los gamers, con Haití

Hay determinados momentos en los que, al contemplar en televisión la cantidad de injusticias que se cometen a diario, un sentimiento de impotencia recorre tu cuerpo y no sabes cómo hacer para poder frenarlas o, al menos, mitigarlas. El incesante bombardeo de imágenes que nos llegan desde Haití tras el devastador terremoto que ha provocado no sólo la muerte de más de 50.000 personas y la semidestrucción de un país, sino un estado de caos donde reina la lucha diaria por la supervivencia en su fase más primitiva, conlleva que aquellos que nos consideramos del primer mundo nos unamos y colaboremos para proporcionar una recuperación pronta y una ayuds urgente a Haití. Por ello, y como pequeño granito de arena (¡bendito granito!), el programa de videojuegos Arcadia Gamers ha organizado una subasta en Ebay donde se puede pujar por un mando de Xbox 360 firmado por los deportistas de élite Marc Gené y Jorge Lorenzo, y que pertenece al conductor de dicho programa, Tonichan, quien gentilmente se ha ofrecido a subastarlo para aportar la cuantía de la puja ganadora a las víctimas del terremoto de Haití. Un magnífico y plausible gesto que este humilde blog no podía dejar pasar.

Aquel quien desee pujar por ese mando, totalmente único y exclusivo, puede hacerlo en la siguiente dirección: http://cgi.ebay.es/ws/eBayISAPI.dll?ViewItem&item=190367009376#ht_500wt_1182

Si no vas a pujar, te pido encarecidamente que difundas este mensaje en tu blog, facebook, tuenti, twitter o cualquier otro medio. Entre todos, con una pequeña aportación, podemos conseguir la ayuda que Haití merece.

martes, enero 19, 2010

La cinta blanca: Con Haneke llegó el buen cine

Da gusto inaugurar un nuevo año dejando atrás malas experiencias cinematográficas pretéritas y asomarse a un nuevo ejercicio en el que, a la primera de cambio, aparece un filme que no te deja indiferente y que invita a la reflexión. Es el caso de la última propuesta del director (con mayúsculas) Michael Haneke, autor de obras tan variopintas como Funny games, Código desconocido, El tiempo del lobo o Cache.

Sin profundizar sobre la sinopsis de la película, pues considero que cada paso que da, argumentalmente hablando, debe ser descubierto de forma virginal por el espectador, La cinta blanca es una indiscutible candidata (y si nada se tuerce, ganadora), del próximo Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Nos situamos en un pequeño poblado alemán, poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial. Haneke se dedica, con fino y milimétrico sentido descriptivo, a perfilar una serie de personajes que, tras su piel de cordero, esconden secretos inconfesables, misterios ocultos, y una personalidad oscura e, incluso, repulsiva. No falta ningún estamento en esta pequeña gran joya, desde la acomodada aristocracia terrateniente, pasando por la Iglesia, el médico, hasta llegar al pueblo llano, campesino, sin olvidar la figura de la ninguneada mujer y los adoctrinados niños. Todos ellos configuran un rico, a la vez que estremecedor, fresco que sirve a un atroz mensaje de fondo y que Haneke maneja, cual marionetista, con sabia agilidad y profundo sentir psicológico, sin necesidad alguna de caer en la morbosidad, mediante un dominio encomiable del fuera de campo.

La cinta blanca contiene secuencias memorables y, a pesar de su duración (dos horas y media) y de su ritmo pausado, heredero del cine Bergman, Tarkovsky o Dreyer, invita a su revisionado, ya que en ningún momento deja de suministrar información a un espectador que asiste anonadado e impotente al nacimiento de un sentimiento racial e ideológico que dejaría tristes frutos años más tarde. Elegancia y estilo se dan la mano en este film que aspira a un público exigente, maduro y con ánimo de volver cine en estado puro.


lunes, enero 18, 2010

Cuando la ficción bordea la realidad

Tras un período (excesivamente alargado) de letargo, vuelvo a retomar la sana costumbre de escribir impresiones varias sobre distintos aspectos de la vida cotidiana en este humilde blog, via de escape fugaz para el estrés diario y la acuciante rutina a la que nos vemos sometidos. Y lo hago con un videojuego, porque, al contrario de lo que muchos (sin conocimiento de causa) opinan, el ocio electrónico ha dejado de ser un mero divertimento pasajero para, en ocasiones, devenir en una verdadera obra de arte. Prueba de ello son las aventuras gráficas, género muy cultivado durante los 80 y 90 y que actualmente aparecen con cuentagotas. La posibilidad de encarnar un personaje, acompañarle durante un excitante viaje, una animada aventura y el conocer personajes misteriosos a la vez que se resuelven misterios incógnitos, no tiene precio. Todo ello hilado a través de un ritmo pausado de juego, que reta al jugador a reflexionar sobréequé decisión tomar, de forma visualmente impactante y muy cinematográfica.

Prueba de que las tecnologías avanzan con pasmosa rapidez es Heavy Rain, la nueva propuesta de los autores de la aplaudida aventura Fahrenheit, que, a poco más de un mes de su lanzamiento, va dejando muy buenas muestras de su potencial gráfico, muy cercano a la realidad, y que promete ser toda una experiencia cinematográfica (no tanto rejugable). Disfrutad de estas sugerentes imágenes y dejáos arrastrar por la experiencia Heavy Rain.