martes, abril 26, 2005

El pez grande se come al pequeño

Por recomendación de un sabio amigo, voy a hacer los posts más breves, ya que sé que el tiempo hoy en día es muy valioso y agradezco que empleéis parte del vuestro en leer estas líneas. Hoy os anunciaré una noticia local que a los buenos aficionados al cine nos ha causado un gran dolor, a pesar de que era esperada, el cierre de dos salas cinematográficas que ha conllevado que no quede en el centro de la ciudad ni un solo cine tradicional, exceptuando las dos salas en el casco antiguo dedicadas en exclusiva al cine de autor y de arte y ensayo. El auge de los centros comerciales, las estrategias macroeconómicas, el afán globalizador en el sector servicios ha provocado que el romanticismo de ir al cine se haya deteriorado y se haya convertido en un ritual de supermercado, hamburguesa y película. Triste, muy triste, si a todo ello le sumamos la falta de información a la hora de elegir película, pues antes se acudía a la sala con convicción y habiendo investigado sobre el film en sí, mientras que hoy de lo que se trata es de optar por la película de mejor nombre, la más publicitada o una al azar entre las catorce o quince disponibles en esos centelleantes letreros luminosos. Y por supuesto que no falten los condimentos, pues si antes se hacían insoportables las palomitas, ahora el tufo a nachos con queso y perrito caliente es el ambiente que sobrevuela la sala. El cine, en definitiva, se ha limitado exclusivamente al público juvenil, que puede disponer de tiempo, coche, y dinero para dejar una buena suma en una rutina consumista que ha acabado con la sana tradición de ir al cine en busca de cultura y no de un mero producto que forma parte de un proceso mercantilista. En fin, malos tiempos para la lírica.

martes, abril 05, 2005

Cine oriental de terror : ¿Innovación o tomadura de pelo?

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Hace tiempo que me ronda la cabeza esta pregunta, y es que, desde que hace un par de años viera en una sala cinematográfica la película La maldición sigo cuestionándome si estamos ante una nueva corriente cinematográfica o simplemente ante una fórmula que se desgasta al tercer o cuarto intento. Cierto es que el film en cuestión me dejó una impronta que aún me cuesta olvidar, la imagen que el país nipón tiene del terror es muy distinta de la occidental (el manejo de la cámara, la sugestividad del terror, las visiones fantasmagóricas), pero me pareció que todo eran buenas intenciones, esto es, un superficial retrato paranormal en cuyo interior no había más que insignificancia. No obstante, provocó un ánimo de investigacion en mí y decidí adentrarme en este tipo de cine (no hay nada más hipócrita que ensalzar o criticar algo que no se ha visto), y empecé a comprender qué significado tenían esas teces blanquecinas, esos ojos maquillados, el pelo sobre la cara, y esos retorcimientos tan fugaces que efectúan los personajes que aterran a los protagonistas. La concepción oriental del fantasma es totalmente distinta a la occidental, y la leyenda de los muertos que atosigan y persiguen a los vivos, cuando éstos han tratado mal en vida a sus difuntos, es palpable (¿superstición?, quizás sí). A pesar de todo, considero que la fórmula, totalmente apartada del cine de terror norteamericano, empeñado en explotar la fórmula teen que pegó fuerte allá por los años 80, de la mano de Viernes 13 (Sean Cunninghman) y Pesadilla en Elm Street (Wes Craven); ha devenido hoy exageradamente agotada. Películas como La maldición, The eye o The ring no sólo han tenido sus respectivas secuelas en Japón, sino que han cruzado el charco y han sido objeto de remakes por parte de la factoría norteamericana, que han visto en el cine de terror japonés un filón inagotable y que han contado en sus filas con directores de la talla de Gore Verbinski (Piratas del Caribe, The mexican) o Sam Raimi (que dirigirá Dark Water), aunque en otros casos han sido los mismos creadores nipones quienes han abordado la conversión hollywoodiense.
El problema de estos filmes, a mi humilde entender, radica en su distanciamiento con el público occidental, que si bien se ve sorprendido en un principio por la propuesta, progresivamente va abandonando el proyecto y se ve desbordado. Leyendas legendarias, tradiciones familiares, escenas oníricas y surrealistas, flashbacks, giros narrativos y demás trucos cinematográficos saturan a un espectador que acaba la proyección agotado, y lo que es peor, con escasa predisposición a visionar de nuevo la película y así atar cabos (algo poco probable, ya que surgirían, casi con seguridad, mayores dudas al respecto). Personalmente no me parecen malas películas, ya que el cine de terror norteamericano actual es soporífero, nutrido únicamente de secuelas interminables y productos rancios destinados al engullimiento de palomitas, pero resulta difícil encontrar elementos de pavor en las películas niponas, y redundar siempre en los mismos elementos de choque no es sino un craso error que, considero, acabará pasando factura (ya ha ocurrido con películas como Llamada perdida, de un Takashi Mike totalmente desorientado). A pesar de todo, resulta interesante conocer los mitos y leyendas orientales, tanto si vienen reflejados en películas de artes marciales como las que profesa actualmente el realizador chino Zhang Yimou (Hero, La casa de las dagas voladoras), como las de terror (y es que el hombre del saco también existe en versión nipona).

jueves, marzo 17, 2005

Cine español : ¿declive?

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Bueno, tocamos ahora un tema un tanto espinoso y casi tabú, pero... ¿cual es la finalidad de un blog si no la de expresar libremente opiniones, sean o no políticamente correctas? Me refiero a la escasa calidad del cine español. Bueno, me equivoco, me refiero a la escasa calidad (por no decir nula) del nuevo y joven cine español. Desgraciadamente hemos tenido que lidiar, gracias al famoso fenómeno del destape que hizo eclosión en el postfranquismo y en la transición española, con el comentario ya excesivamente extendido de "el cine español es sólo sexogratuito y palabrotas" (algo a lo que posteriormente se añadió los travestismos, fruto de los primeros experimentos cinematográficos de Pedro Almodóvar). Lo más triste de esta frase es que quienes afirmaban esto no eran asiduos espectadores de cine español, ni siquiera se dignaban a visionar íntegramente un film de nuestro país, limitándose a engullir productos de usar y tirar de procedencia norteamericana y a basar sus pobres argumentos en tópicos de lo más kitsch. Con el tiempo hemos ido superando este escollo, pero me quejo, y efusivamente, de que, ante los graves problemas de financiación que ha de sufrir un joven director con espíritu renovador e inquieto, las sumas de dinero sean finalmente entregadas para películas de dudosa esencia cinematográfica y verdaderos portadores de la estupidez y la fantochada más absoluta. Me refiero a esperpentos como Isi/Disi, Días de fútbol, Una de zombies, Mucha sangre, Torrente (de la que ya se está rodando una tercera parte), El penalti más largo del mundo, El año de la garrapata, y un largo etcétera (por no hablar del nuevo circo volante montado al amparo de la mafia televisiva, con resultados esperpénticos como Plauto o F.B.I., Friquis buscan incordiar). Es realmente lamentable que sólo las grandes apuestas, ya veteranas, del cine español (véase Almodóvar, Saura, Bollaín, Trueba), sean quienes aporten las dosis necesarias de calidad a nuestro cine y que hace que no seamos vistos en el extranjero como auténticos y merecidos subdesarrollados culturales. Lógicamente entiendo a los productores, quienes se ven mucho más recompensados, económicamente, obviamente, por productos como Isi/Disi que por En la ciudad, pero señores, no todo es dinero, queda para la posteridad el hecho de alzarse con el título de ser un productor que apuesta por los títulos de calidad tanto cinematográfica como artística. Como ejemplo de las dos caras de la moneda tenemos, por un lado, a Elías Querejeta, siempre arriesgado y comprometido con el buen cine, con contenido social, sin cuya aportación Montxo Armendáriz, Fernando León o Gracia Querejeta aún no habrían estrenado película. Por el otro lado tenemos a Andres Vicente Gómez, capaz de financiar joyas como La niña de tus ojos, y últimamente emperrado en apoyar bodrios de la talla de la mencionada Isi/Disi. En fin, es de entender que para gustos los colores, pero últimamente o bien estoy empezando a sufrir daltonismo, o bien esos colores se están difuminando.

martes, marzo 15, 2005

Alfie : Un no convincente boceto del original

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Últimamente Hollywood parece empeñado en "colocar" a determinados actores como "nuevos galanes "del cine americano actual. La prueba viviente de ello es Jude Law, un extraordinario actor que está pegando fuerte, pero al que la crítica lo respecta por sus dotes interpretativas y la industria pretende encasillarlo en limitados papeles. Le hemos visto en múltiples producciones como Inteligencia artificial, de Steven Spielberg, Camino a la perdición, de Sam Mendes, El talento de Mr. Ripley y Cold Mountain, ambas de de Anthony Minghella, Closer, de Mike Nichols o esta última, Alfie, de Charles Shyer. Francamente el papel que interpreta Law, el de un británico emigrado a EE.UU., conductor de limusinas y dispuesto a vivir la vida, sobre todo en sus vertientes sexuales, al 150%, posee cierto encanto y en algunos momentos llega a conectar con el espectador, pero, a pesar de los grandes esfuerzos del joven actor por salir a flote, todos tenemos grabado en el subsconsciente la figura de Michael Caine seduciendo, con relativa y casi utópica facilidad, a mujeres de distinta clase social, y eso es una pesadísima losa que Law, conscientemente, afronta sin pudor.
Salvando las distancias actorales, el problema del film radica en su falta de atrevimiento y osadía, ya que se ha limitado a mover mínimamente unas piezas del guión original, de modo que lo que podría haber sido una nueva versión se ha quedado en una simple fotocopia carente de sentido y ciertamente esquemática. Por otro lado, la excesivas escenas condescendientes con el espectador (como las numerosas secuencias donde el protagonista se dirige a la cámara, hablando en primera persona) provocan un efecto negativo, y es que en el cine hay dos recursos que deben ser utilizados con mucha precaución, y son la voz en off y el dirigirse a la cámara (recordemos que el cine es el arte donde la imagen prima sobre el sonido). No obstante hay excepciones, y esa excepción se llama Martin Scorsese (¿qué sería del principio de Uno de los nuestros sin esa grandiosa voz en off?)
Alfie no sólo peca de falta de originalidad, sino que las leves cargas existenciales y/o filosóficas que pueda incluir quedan en una burda moralina excesivamente prensadas, de modo que nada queda a la reflexión del espectador, todo resulta exageradamente cuadrado al final del film, no pudiendo evitar que la historia sea olvidada en un breve lapso de tiempo, convirtiéndose en una cinta más que no consigue cautivar ni convencer por el pago de los casi 6 euros de la entrada. Su esquematismo, su falta de convicción y la ingenuidad en el retrato de algunos personajes, (especialmente del principal, cuyos giros dramáticos son prácticamente inverosímiles) dan al traste con un film condenado ab initio al fracaso, a pesar de los titánicos esfuerzos de dos estupendos actores como Jude Law y la siempre espléndida Susan Sarandon, reivindicando la belleza natural y el respeto al paso del tiempo.
En definitiva, una muestra más del estancamiento en el que se encuentra inmerso la factoría hollywoodiense, un producto que no hace sino rememorar el clásico interpretado por Michael Caine y que, al menos, sirve como una buena plataforma de lanzamiento de su excepcional banda sonora, interpretada por el mítico Mick Jagger.

viernes, marzo 11, 2005

DVD : El formato ¿perfecto?

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Aún recuerdo cuando hace 5 años pude ver mi primera película en el revolucionario formato DVD (Digital Versatile Disc). Obviamente, se trataba de una estrategia de marketing, pues pude ver unos instantes de Salvar al soldado Ryan (repetían una y otra vez los primeros 30 minutos del film) y de La amenaza fantasma. Fue en una tienda de electrónica, donde finalmente me hice con mi reproductor, tras dar mucho la paliza para que me lo compraran. La sensación de tener una sala de cine en tu propia casa era cada vez más palpable, a la vez que las molestias a los vecinos se acrecentaban por el drástico cámbio acústico que se había producido en mi casa, y que se vería agravado dos años más tarde con la adquisición del home cinema. Pero yendo al grano, el formato DVD sin duda ha significado un cambio radical y una mejora sustancial en lo que respecta a la calidad técnica de las películas. Hemos pasado de la banda magnética (véase cassettes y cintas de video) al CD y DVD, a la tecnología digital, logrando una nitidez de audio y video en ocasiones casi perfecta.
Creo que el DVD ha supuesto una revolución para aquellos que disfrutamos el cine en Versión Original (sí, nosotros los "raritos"), de modo que por fin nos hemos liberado del monopolio del doblaje, algo impuesto por un sistema político preconstitucional y que, por el carácter acomodaticio de nuestra sociedad, ha llegado hasta nuestros días como algo impuesto, pero que no deja de ser una alteración del original. Afortunadamente, este nuevo formato da opción al espectador, quien puede visionar sus películas favoritas en la tradicional versión doblada, con voces de Pepe Pérez y Luisa García, o con las voces originales con sus respectivos subtítulos en el idioma correspondiente. Por si fuera poco, algunos DVD´s vienen plagados de extras, que nos gusta a muchos pero pocos ven (el tiempo hoy en día apremia, y no nos sobra demasiado para ver making offs y documentales). Trailers, galerías fotográficas, comentarios del director, making off, documentales, escenas eliminadas y hasta juegos interactivos por Internet constituyen el amplio abanico de posibilidades que brinda el mercado del DVD. Y por si fuera poco, el precio, por fin se ha visto disminuido considerablemente. Desde sus inicios, el precio de los reproductores no bajaba de 75.000 pesetas (450 Euros actuales), y hoy se pueden adquirir por unos 50. Por otro lado, las películas han bajado de los consabidos 24 Euros que pagábamos hace tres años a una oscilación entre 6 y 20 Euros, dependiendo de la antigüedad de la edición (por ello recomiendo paciencia, y evitar comprar estrenos, ya que siempre bajan de precio al par de meses). Ejemplo : Acaba de salir a la venta Collateral en dos ediciones, que cuestan unos 19 y 20 Euros respectivamente. Seguro que en dos o tres meses habrán bajado, y mucho. Y si no, al tiempo...
Pero no es oro todo lo que reluce, desgraciadamente. También abunda la chapuza en este innovador formato, sobre todo en las distribuidoras de clásicos, que no pueden adaptar con tanta facilidad al sistema digital películas de hace 50, 60, 70 u 80 años como las actuales, salvo excepciones (es el caso de la colección Orígenes del cine de Divisa, que ha realizado un magnífico trabajo con, entre otras, Metrópolis, de Fritz Lang, y Nosferatu, de F.W. Murnau). Las transferencias de películas desgastadas directamente de vídeo a DVD son frecuentes, por lo que se puede escuchar hasta el molesto zumbido de fondo que incluían las antiguas cintas VHS. Otras, por otro lado, no incluyen subtítulos en castellano, mala costumbre que se está extendiendo en MGM, quien no incluye subtítulos en obras maestras como Testigo de cargo, Uno, dos, tres, o La vida privada de Sherlock Holmes, todas de Billy Wilder, imperdonable, y que provoca el boicot por parte de los cinéfilos, que no tragamos ante tal ultraje, y no compramos esos productos incompletos.
Mención aparte requiere Warner, decidida a obviar el mercado hispano, pues en muchos de sus lanzamientos incluye interesantes comentarios del director ¡¡¡¡sin subtítulos!!!!, de modo que queda una pista de audio inutilizada, mientras que sí podemos visualizar con subtítulos castellanos otros extras del mismo DVD. ¿Alguien lo entiende? En breve Warner lanzará una serie de joyas del cine negro clásico, como Al rojo vivo, Los violentos años 20, de Raoul Walsh o Angeles con caras sucias, de Michael Curtiz. ¿Alguien apuesta a que habrán rectificado y los comentarios que incluyen serán subtitulados? Yo creo que no.
Por último, y para aquellos que gusten de los extras, se habrán sentido decepcionados con determinadas ediciones que, pagándose a precio de estreno, no incluyen ni un mísero trailer. Es el caso de La pasión de Cristo, cuyos making off y entrevistas podían haber dado mucho de sí y ser muy jugosos, pero todo ha quedado en agua de borrajas. Otra cosa es que más adelante publiquen una edición especial cargadita de extras, cosa muy habitual por otro lado. Y es que ya sabe, la pela es la pela.
En definitiva, con el DVD se ha ganado mucho, y es una estupenda alternativa para cinéfilos exigentes en el respeto de la versión original, pero también hay que andar con cautela, ser pacientes, y sobre todo, presionar a las distribuidoras si algún producto no es de nuestro agrado, y eso se resuelve no comprándolo.

jueves, marzo 10, 2005

Posesión infernal : un film a revindicar

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Corría el año 1983 cuando un jovencísimo Sam Raimi, ahora multimillonario gracias a las dos entregas de Spiderman, planeaba rodar una película de terror, homenajeando clásicos como La mansión encantada o La noche de los muertos vivientes. Para ello se rodeó de actores no profesionales, entre los cuales se encontraba Bruce Campbell, compañero de juergas del director y, a partir de ese momento, asiduo de sus películas aun en papeles que son calificados como "cameos". La fórmula era bien conocida, un grupo de adolescentes pasaba unos días en un lugar inhóspito, alojándose en una antigua cabaña, en cuyo sótano encuentran un misterioso libro que resulta ser "El libro de los muertos". Al leer un pasaje del mismo, los muertos recobran la vida y, sedientos de sangre, comienzan a sembrar el pánico en la casa. El homenaje, por tanto, a George A. Romero era evidente, pero Raimi supo añadirle toques de originalidad a un género que había sido trillado hasta la saciedad, sobre todo por el famoso giallo italiano, que había llegado a límites de ridiculez casi esperpénticas.
Reconoce Raimi en el audiocomentario que incluye la edición especial en DVD que el rodaje no fue nada fácil, y no sólo por las limitaciones presupuestarias, sino porque los actores poco a poco fueron abandonando el proyecto, por lo que tuvieron que recurrir a dobles e incluso a hacer pasar parte del equipo ténico como actores. El estilo de dirección de Raimi es altamente original, sabio en su sentido del ritmo, y añade magistralmente gotas de terror sin caer en los recursos fáciles y maniqueos del cine de terror actual, y potencia el elemento aterrador mediante un excelente uso de la cámara y la distorsión de las voces, todo ello unido a un maquillaje pobre, pero efectivo. Especialmente destacable es la famosa secuencia de la posesión en el bosque, rodada a través de un efecto en primera persona que ya había utilizado en su mediometraje anterior Deep in the woods. No obstante, debe recomendarse esta película a todos aquellos que no tengan reparos en la presencia de elementos gore ya que Raimi siempre se ha considerado devoto de este género, a pesar de que Posesión infernal no pueda considerarse como tal un film gore. Sin duda estamos ante lo que viene a considerarse una película de culto, y que tuvo dos secuelas, Terroríficamente muertos y El ejército de las tinieblas, en las que el paulatino aumento del presupuesto se hizo notar en la calidad técnica de las mismas. No obstante, ni una ni la otra ostentan el encanto y el atrevimiento de la original (de hecho, Terroríficamente muertos fue prácticamente una fotocopia de la primera pero con mayor financiación).
Como dato curioso debe añadirse que gracias a este film se conocieron Sam Raimi y Joel Coen, que se ocupó de las labores de montaje de la película, lo que añade un peldaño más en la escala mitológica de Posesión infernal. Estamos ante el origen de un estupendo director, que ha tocado el cielo con Un plan sencillo (su mejor película a todas luces) y ha sido artífice de bodrios como Entre el amor y el juego, pero que siempre ha sido coherente con su estilo y sus hobbies (terror, cómic), y así lo demuestran filmes como Darkman, Premonición o Spiderman.

miércoles, marzo 09, 2005

Se desvela el poster de Episodio III

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Se admiten opiniones. Yo hace tiempo que perdí la iusión por "Star wars". Sin duda me quedo con la primera trilogía, y especialmente con "El imperio contraataca".

Fallece Debra Hill, coguionista de "Halloween"

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Debra Hill, una de las mujeres pioneras en la producción, y guionista de las dos primeras entregas de la saga 'Halloween' falleció en Los Angeles tras una batalla de 13 meses con un cáncer que no le impidió seguir trabajando hasta el final. Hill había nacido en Nueva Jersey hace 54 años.
La guionista y productora fue objeto de un homenaje en 2003 durante la celebración del simposio 'Mujeres en el cine' como una de las pioneras en el campo de la producción.
Como recordó Hill en aquella ocasión, su carrera comenzó en 1974 cuando todo el mundo la llamaba "cariño" y había muy pocas mujeres en la industria del cine. "Era normal si te dedicabas al área de maquillaje o peluquería. O si eras la que hacías las anotaciones del guión. Pero no era habitual ver una mujer guionista o productora", recordó durante la gala.
El éxito llamó pronto a su puerta con el que se convertiría en un clásico del género del terror: 'Halloween'. Dirigida por John Carpenter y protagonizada por Jamie Lee Curtis, este guión escrito y producido por Hill pasó a ser la película independiente más taquillera del momento.
Producida por 300.000 dólares, la historia de una niñera aterrorizada por un psicópata la noche de Halloween recaudó más de 60 millones de dólares en 1979. Además, 'Halloween' dio pie a una saga con el psicópata Michael Myers como protagonista. Según informaciones aparecidas en Internet, Hill y Carpenter estaban preparando la novena entrega.
Hill también trabajó en otras películas como 'Aventuras en la gran ciudad', de Chris Columbus o 'El rey pescador', de Terry Gilliam además de otros trabajos junto a Carpenter como 'La niebla' o '1997: Rescate en Nueva York'.
En los últimos días antes de su muerte, Hill preparaba un filme sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Extraído de www.elmundo.es

martes, marzo 08, 2005

Nueva recomendación

Ayer quedé maravillado y, a la vez, totalmente compungido con la maestría de Mike Leigh a la hora de abordar y ahondar en los sentimientos humanos en un tema tan escabroso como es el aborto, en la fenomenal "El secreto de Vera Drake", y que he recomendado en mi anterior post. Afortunadamente la cartelera está plagada de ejemplos de buen cine, por lo que podemos encontrar en las salas de cine actualmente una vía de reflexión y unas excepcionales muestras de que el cine, en contra del pensamiento mayoritario, no ha caído íntegramente en las manos del todopoderoso Hollywood, símbolo de la falta de riesgo y la apuesta por el producto de fácil acceso y de cortos vuelos. Como digo, todavía queda un pequeño resquicio en el cine para pensar y debatir sobre las carencias sociales y políticas, y de ello toma ejemplo Terry George, colaborador de Jim Sheridan en la elaboración del guión de "En el nombre del padre" y "The boxer", en su película "Hotel Ruanda", que viene, por un lado, a ensalzar la figura de un hombre que, ajeno a actividades políticas, se vio obligado, por motivos humanos y morales, a acoger en el hotel de su propiedad a más de un millar de personas, ante el peligro de ser degollados en una sangrienta guerra civil entre tribus rivales; y por otro, a denunciar la pasividad del mal denominado "primer mundo" ante las atrocidades que se cometen en aquellos países que económicamente no le son rentables, y que incluye un 95% de un continente : Africa. Magníficas interpretaciones de Don Cheadle y de Sophie Okonedo (ambos nominados al Oscar) y un siempre solvente Nick Nolte como secundario, que borda un papel de militar de alto rango avergonzado por los hechos acaecidos.

El film posee momentos brillantes, secos y cortantes, como la retirada de los turistas occidentales de la zona, mientras sacan fotos a aquellos que esperan bajo la lluvia una muerte sine die pero segura. Se le ha comparado con "La lista de Schindler", aunque bien es cierto que sus cualidades cinematográficas son notablemente inferiores, pero todo es cuestión de presupuesto. Una pequeña gran joya dentro del vasto panorama cinematográfico actual, plagado de subproductos y propuestas de poca enjundia.

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Hotel Rwanda
Dirección: Terry George.
Países: Gran Bretaña, Sudáfrica, USA e Italia.
Año: 2004.
Duración: 121 min.
Género: Drama.
Interpretación: Don Cheadle (Paul Rusesabagina), Sophie Okonedo (Tatiana), Nick Nolte (Coronel Oliver), Joaquin Phoenix (Jack), Desmond Dube (Dube), David O'Hara (David), Cara Seymour (Pat Archer), Fana Mokoena (General Augustin Bizimungo), Hakeem Kae-Kazim (George), Tony Kgoroge (Gregoire), Ofentse Modiselle (Roger).
Guión: Keir Pearson y Terry George.
Producción: A. Kitman Ho y Terry George.
Música: Andrea Guerra, Rupert Gregson-Williams y Afro Celt Sound System.
Fotografía: Robert Fraisse.
Montaje: Naomi Geraghty.
Diseño de producción: Tony Burrough y Johnny Breedt.
Dirección artística: Emma MacDevitt.
Vestuario: Ruy Filipe.
Estreno en USA: 22 Diciembre 2004.
Estreno en España: 25 Febrero 2005.

Bienvenida

¡Hola a toda la comunidad virtual!

Llevo tiempo leyendo acerca de las maravillas de los blogs y su alta capacidad para ejercer la libertad de expresión y, en definitiva, la comunicación sin intermediarios, así que me he lanzado a crear mi propio blog, que espero tenga una buena aceptación. Aunque aún no tengo un tema específico definido, seguramente trataré en él los dos temas por los que me debato a diario: uno, el Derecho en general, al que me dedico como profesional, y dos, el cine, mi medio de evasión y, en mi opinión, un excepcional vehículo transmisor de valores artísticos y mensajes críticos y emocionales.

Como primer mensaje, empezaré por una recomendación cinéfila que combina el arte cinematográfico con el debate jurídico-social sobre un tema controvertido, el aborto.

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El secreto de Vera Drake
Dirección y guión: Mike Leigh.
Países: Gran Bretaña y Francia.
Año: 2004.
Duración: 124 min.
Género: Drama.
Interpretación: Imelda Staunton (Vera Drake), Phil Davis (Stan), Peter Wight (Detective Webster), Adrian Scarborough (Frank), Heather Craney (Joyce), Daniel Mays (Sid), Alex Kelly (Ethel), Sally Hawkins (Susan), Eddie Marsan (Reg), Ruth Sheen (Lily), Martin Savage (Sargento Vickers).
Producción: Simon Channing Williams y Alain Sarde.
Música: Andrew Dickson.
Fotografía: Dick Pope.
Montaje: Jim Clark.
Diseño de producción: Eve Stewart.
Dirección artística: Ed Walsh y Andrew Grant.
Vestuario: Jacqueline Durran.
Estreno en Reino Unido: 7 Enero 2005.
Estreno en España: 25 Febrero 2005.