lunes, septiembre 13, 2010

Todo lo que tú quieras: Lecciones de paternidad

Achero Mañas se caracteriza por ser un director joven, prometedor, y que si cuenta con una corta filmografía no es, desde luego, por falta de dedicación o inspiración creativa, sino porque, como bien él mismo ha manifestado, necesita situarse tras la cámara cuando realmente está preparado y cuando dispone de algo que contar con el suficiente interés y atractivo. Tras la deslumbrante "El bola" y la incomprendida "Noviembre", el director madrileño vuelve a indagar en las interioridades humanas, hurgando en las fisuras de las relaciones sociales y personales, a través de ricas metáforas precisas en su planteamiento, aunque no tanto en su ejecución y desarrollo.

"Todo lo que tú quieras" deja en manos de Juan Diego Botto una responsabilidad que pesa como una losa, y esta es la de interpretar un doble rol, el de padre y el de madre, mediante un burdo acto de transformismo, con el único fin de tratar el shock psicológico que su hija pudiese sufrir tras haber sido testigo de la pérdida de su madre. Afortunadamente, las tablas del actor hispano-argentino salen a relucir y es él quien dirige magistralmente la acción de la película, un tanto arrítmica y falta de contenido en algunos momentos, pero siempre interesante y complaciente. Mañas trata de eludir con acierto la lágrima fácil, el exceso de dramatismo y la búsqueda del espectador, componiendo un relato sensible y emotivo a la par que crítico con la hipocresía social y los innatos prejuicios de la especie humana. Realidad y transformación se dan la mano en un texto que, si bien adolece de cierta falta de pulso, de un hieratismo intermitente y una ingenuidad incluso infantil, deja claro sus postulados y su mensaje catalizador. 

Sí se esperaba algo más de esmero en el aspecto técnico, pues el realizador madrileño abusa demasiado del formato televisivo, especialmente en la primera fase del metraje, resultando un montaje un tanto automático, y al que no ayuda la apagada fotografía, grisácea y de tonos oscuros, a la que cuesta acostumbrarse. Sorprende, por otro lado, aunque sin demasiados alardes, la partitura de Leiva, componente del grupo pop Pereza, especialmente en un par de temas donde subraya con precisión la emotividad latente que desprenden las imágenes.

Achero Mañas ha demostrado, y lo sigue haciendo, ser un director digno de elogio, por sus propuestas distantes de la corriente arquetípica en el cine español, y en "Todo lo que tú quieras" vuelve a ponerse el disfraz de realizador contador de historias cotidianas, familiares, profundas, sinceras y sentidas. Películas con mucho corazón, esfuerzo y sentimiento, irregulares, sí, imperfectas, también, pero humanas. 

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