lunes, septiembre 03, 2007

Guerras estúpidas, valga la redundancia

Siempre se ha dicho que el fútbol es el deporte rey, por la gran cantidad de seguidores y aficionados que posee a nivel mundial. El gran seguimiento que tiene este deporte ha conseguido con el paso del tiempo no sólo que las cifras que se barajen en los clubes de primeras categorías sean astronómicas (ya no nos sorprende cuando se habla de que un club ha pagado casi 40 millones de Euros, 70.000 millones de pesetas, por la adquisición de un jugador), sino que las televisiones vean en este deporte un negocio redondo. Ello ha ocasionado que las distintas cadenas de TV privadas y de pago se disputen la compra de los derechos para la retransmisión de los partidos, y que se den casos kafkianos como el que sucedió anoche, en el que no se tuvo la certeza de la retransmisión de un encuentro en abierto hasta dos horas antes de su celebración. Probabablemente sea éste un asunto para reflexionar, hacia dónde nos lleva la televisión, la existencia o no de la televisión de calidad, si la cultura hoy en día se limita únicamente al deporte del balón, si estamos abducidos por el fútbol y, en definitiva, si finalmente los consumidores son los que realmente "pagan el pato" de las absurdas disputas que mantienen las cadenas de TV. ¿Estamos ante una nueva forma de opio para el pueblo? ¿Deporte rey o hacerse rey a costa del deporte? No sufran, el fútbol seguirá emitiéndose en abierto.

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