miércoles, septiembre 12, 2007

Esta España ¿mia?



De todos es sabido que España es el país de las corridas de toros, que forman parte de nuestra exportación cultural y que entran dentro de los estereotipos hispánicos. Pero si ya existe desde hace tiempo polémica sobre el mundo taurino y la consideración del toreo como arte o como tortura animal, ahora las alarmas se han puesto sobre Tordesillas (Valladolid). Desgraciadamente, y lo digo a título personal, España es el país del toro, donde sólo se le considera un animal de crianza y con una vida limitada, cuya muerte no es natural sino que ha de suministrársele, cual verdugo, a manos del hombre. Si las corridas de toros a nivel profesional son detestables, más lo son las tradiciones que se conservan en las fiestas populares, que sobrepasan, con creces, el sadismo medieval y la crueldad irracional. Si teníamos poco con los San Fermines, los encierros de San Sebastián de los Reyes o los Bous a la mar, ahora Tordesillas sale a la palestra con la dudosa fama de mantener el "Toro de la Vega", es decir, una brutalidad enmascarada como fiesta tradicional y cultural, apoyada por los organismos locales, que consiste, básicamente, en que más de 1.000 individuos persigan a un astado lanza en mano, golpeándole con ella hasta darle muerte por extenuación. Una vez muerto, a título de trofeo, se le cortan los testículos al toro, premiando, de manos del Ayuntamiento, al "valiente" por su hazaña con la insignia de oro y una lanza de hierro forjado. Creo sinceramente que este tipo de "espectáculos" populares deberían ser revisados y enseñados a instituciones internacionales, que supongo que cambiarían su consideración positiva hacia los festejos y al buen ambiente español. Si esto es propio del primer mundo, prefiero irme al tercero, o cuarto.

1 comentario:

  1. Al respecto hay un buen artículo de Pérez Reverte:

    Sobre chusma y sobre cobardes

    Un inciso:
    Tú sí que sabes donde meter la lanza eh? ;) Enhorabuena pareja por lo que está por llegar.

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