Los cuatro muchachetes, ya talluditos, y que se han ganado a pulso entrar en la dilatada y estricta Historia de la música, U2, han vuelto. Todos pensábamos que tras su How to dismantle an atomic bomb y su larguísima gira promocional se iban a echar en un eterno descanso vacacional. Pero no, Bono y cía. han emprendido un nuevo trabajo que culmina con este No line on the horizon.Una vez escuchado el disco con atención varias veces, hay que decir que estamos ante otra prueba que U2 ha decidido evolucionar y no volver a aquellos discos de antaño que supusieron el sumum de su carrera (véase The Joshua tree o Rattle and hum). Básicamente es un paso más en la historia del grupo que conforma un lógico peldaño más. Un disco correcto, bien estructurado, que no sorprende ni deja huella pero que respeta los mínimos de calidad. Sé que hay quien dice que desde los discos de finales de los 80, principios de los 90, U2 dejaron de ser lo que fueron. Bien, es el problema de encasillar a un grupo en una determinada etiqueta. Así, considero que los irlandeses han optado por probar otras fórmulas pero sin salirse de lo que les gusta, el pop, el rock, los temas de amor y la denuncia político-social. De hecho, ya experimentaron una vez con el infame Pop y afortunadamente han renegado de ello.
No line on the horizon contiene temas soberbios, melódicos, y otros no tanto, pero que, en general, conforman un disco que, a pesar de su irregularidad, demuestra la valía, el talento y las pocas ganas de tirar la toalla de un grupo legendario. Tras su primer single, Get on your boots, típico trallazo al más puro estilo U2 (recordemos Vertigo), llega uno de los temas más bien elaborados del disco y preferidos por quien suscribe, Magnificent, que demuestra que la voz de Bono aún puede dar guerra. Disfrutémoslo, en directo.
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