No resulta nada agradable hablar mal del cine patrio, pero creo que tras el lamentable año que llevamos, la Academia se lo ha ganado a pulso. Entre las superproducciones anunciadas a bombo y platillo y que luego resultan ser fiascos (véase Alatriste), la ausencia de grandes pesos ( Amenábar, Saura) que puedan rentabilizar el negocio, y las peliculitas de los neófitos que se creen John Landis (Café sólo o con ellas, Un buen día lo tiene cualquiera), el cine español está bajo minímos, con serias dificultades de credibilidad y con graves problemas para ofrecer textos interesantes que enganchen al público no ya exigente, sino medio. Ahora, Roberto Santiago, quien sorprendiese en su día con su corto Ruleta, y tras el fiasco de Hombres felices, su opera prima en el largo, se acerca a la comedia disparatada con El club de los suicidas, inspirada en el relato de Robert Louis Stevenson, y que, según muestra el trailer, asusta bastante. ¿Alguien se dará cuenta algún día de que es necesario un cambio de rumbo en el cine español? Luego obviamente echamos la culpa a la piratería y a las descargas por Internet (dudo mucho que el españolito medio descargue películas españolas, Sra. González Sinde). Y es que en lo que llevamos de año sólo podríamos destacar La soledad, de Jaime Rosales, como película española a reivindicar. De cara a la taquilla sólo resta esperar a La carta esférica, de Imanol Uribe, que quizás levante levemente el pabellón, actualmente en amenaza de ruina.
Epitafio de R.L.Stevenson:
ResponderEliminarBajo el inmenso y estrellado cielo,
cavad mi fosa y dejadme yacer.
Alegre he vivido y alegre muero,
pero al caer quiero haceros un ruego:
¡No hagais que me revuelva en mi tumba con versiones lamentables de mis obras!
A mandar Roberto...