martes, julio 24, 2007

La libertad de expresión, a debate


Esta semana hemos vivido un período de agitación causado por la publicación de una imagen que ha dividido el país (prácticamente se podría decir que ha vuelto a la palestra el fiel y triste recuerdo de "las dos Españas"). Efectivamente, me estoy refiriendo a la portada de la revista "El Jueves", ese semanario de humor socarrón, ácido, mordaz y, hay que decirlo, en ocasiones soez y de mal gusto, que todos los miércoles, desde los humildes quioscos, hace un repaso (en toda la extensión de la palabra) de la realidad política y social española e internacional. Todos hemos visto la susodicha foto, que ha sido objeto de secuestro judicial, lo que no ha hecho sino alimentar el morbo y que los medios de comunicación se ceben en fomentar la imagen, y probablemente sea lo más buscado en Internet durante estos 7 días (no es muy difícil dar con ella, desde luego). Por ello, he obviado el mostrarla como cabecera de este artículo, y he optado por una representación gráfica de algo que creía habíamos dejado en el olvido, la repugnante censura (y que a un buen aficionado al cine como yo tanto mal me ha hecho). Quizás lo más curioso haya sido el hecho que en ningún momento se haya hecho en esa viñeta cómica ningún tipo de alusión a la Corona, sino que es la interpretación, por puro grafismo, la que ha de llevar al lector a suponer dicho vínculo. En todo caso, y guardando todos los respetos debidos a la monarquía, está claro que ésta ha ido perdiendo fuerza dentro del entramado histórico-político español, y se ha convertido más en una atracción de papel couché financiado con las arcas públicas que una necesidad a nivel institucional y político. Ello es lo que lo hace risible, aún más si cabe con la extraprotección brindada por el Código Penal, que la hace inatacable y cuasisacra, mientras que la intimidad del ciudadano de a pie ha de ser reivindicada a nivel privado, querella mediante. ¿Extralimitación? Creo que no la ha habido. ¿Mal gusto? Quizás sí, pero en todo caso subsanable. ¿Intervencionismo? No, las oscuras épocas del insistente y yugo censor ya creíamos haber pasado. ¿La consecuencia final? Quizás la peor de todas, la autocensura, la mutilación de ideas y la castración ideológica. Y mientras, la revista subastándose a 2.500 Euros en Ebay. Aquí el más tonto hace relojes...

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