viernes, abril 24, 2009

Vuelta a empezar

Los titulares de los diferentes rotativos nacionales hoy sacan pecho. Y es que hoy es uno de esos días donde los periódicos saben que van a vender ejemplares como churros, debido al preocupante titular que figura en primera plana: "El paro supera los cuatro millones de personas". Tras el impacto inicial, y el fugaz respiro que te produce, si estás en el caso, comprobar que no estás en tal fatídica cifra, piensas un momento y te preguntas: ¿Acaso nadie se esperaba que llegaríamos a superar esa barrera? ¿Es que la dichosa crisis no lleva ya meses dando síntomas de empeoramiento, llamando cada vez a más puertas de hogares españoles?

Para algunos este número les sirva únicamente como referente histórico, y un dato meramente estadístico, pero para otros sin duda es un elementos preocupante, ya que supone que una buena parte de la población activa de este país no sólo no dispone de trabajo, sino, lo que es peor, que es poco probable que pueda reincorporarse en algún puesto, incluso de categoría muy inferior al que estuviese desempeñando.

Algunas empresas han optado por tratar de capear el temporal con reducciones de jornada, e incluso han tratado de aguantar la plantilla a la expectativa de mejor fortuna, aunque muchas otras se han visto abocadas, bien por necesidad, bien por no comprometer el patrimonio personal del empresario, a despedir a toda la plantilla. La dependencia del ladrillo se hace notar, y su extensión al sector servicios, pilar maestro de nuestra economía, se propaga como la pólvora.

No es la primera vez que entramos en períodos económicamente difíciles, ya hemos salido de ésta en otras ocasiones, pero en esta ocasión los órganos legislativos y gobernantes miran para otro lado, salvan sus pertenencias, y otorgan al pueblo parches en forma de préstamos irrisorios e imposibles que, como dice mi madre, no son más que pan para hoy y hambre para mañana.

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