domingo, abril 06, 2008

Muere Charlton Heston

Este último mes ha sido de lo más luctuoso. Las pérdidas de grandes leyendas cinematográficas y de valores en alza se siguen acumulando. Y es que, a pesar de que esta noticia no nos sorprenda tanto, (debido a la grave enfermedad que padecía y a su ya longeva edad) es cierto que ha fallecido una leyenda del cine clásico, Charlton Heston, una estrella con mayúsculas.

No entraré en su faceta política como Presidente de la Asociación Nacional del Rifle, que me parece de lo más reprobable, ni de su ideología un tanto extremista, y me centraré en el rico legado cinematográfico que nos ha dejado.

Heston supo actualizarse a los géneros cinematográficos de la época, y así lo pudimos ver en cine peplum e histórico, como "Los Diez Mandamientos" (con la mítica secuencia de Moisés abriendo al Mar Rojo), Ben-Hur (por la que consiguió el Oscar en 1959), o "El Cid", rodada en España gracias a la aportación financiera de Samuel Bronston.




EN 1968 participó en una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos,"El planeta de los simios", de Franklyn J. Schaffner, iniciando una saga de películas que se trasladó incluso a las TV-Movies. También se unió al reparto de uno de los géneros en alza durante los 70, el cine de catástrofes, y así surgió "Terremoto", "Titanic", "Aeropuerto 77", "El último hombre vivo" o "Soylent green" (que tenía una visión futurista y apocalíptica cercana a la posterior Blade runner)



Heston, a pesar de estar ya incurso en un proceso acusado de enfermedad con síntomas similares a los del Alzheimer, siguió trabajando aunque en papeles secundarios o pequeños cameos, alternando géneros, y así pudimos verlo en "Mentiras arriesgadas", Tombstone, "En la boca del miedo", Hamlet, o el remake que Tim Burton hizo de "El planeta de los simios".



Se ha marchado un mito cinematográfico, y aunque desgraciadamente por muchos será tristemente recordado por su apología y defensa de las armas de fuego, los cinéfilos lo recordaremos como un actor que, aunque de interpretación limitada, supo seleccionar sus papeles y evitar el encasillamiento, ofreciéndonos momentos de buen cine y secuencias que han pasado ya a la Historia del Cine.

2 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo con usted, joven:

    En los últimos días ha escrito dos “post-obituario” dedicados a Rafael Azcona y Charlton Heston respectivamente. De este último afirma usted sin rubor que su faceta política (recordemos que era conservador) le parece “de lo más reprobable” y tilda su ideología de “un tanto extremista”. De su trabajo como actor habla de limitaciones interpretativas aunque, eso sí, reconoce que supo elegir bien sus papeles y le concede el galardón (innegable por otro lado) de mito cinematográfico.

    Sin embargo, al referirse a Rafael Azcona pasa usted de puntillas sobre su conocida militancia y gran activismo político. En cuanto a limitaciones a la hora de realizar su trabajo no menciona usted ninguna.

    Pues me parece injusto, qué quiere que le diga. Es cierto que Heston, cuyas memorias le recomiendo, aprovechó su imagen pública para defender una serie de ideales (nada extremistas, por cierto) pero al menos siempre fue de cara y, lo que es más importante, no utilizó El Cine (ese que tanto queremos usted y yo) como arma política ni arrojadiza contra nadie. Fue un hombre recto, de gran catadura moral durante toda su carrera, que ayudó a muchos directores noveles e incluso financió de su bolsillo películas (como esa obra maestra que acabó siendo “El Señor de la Guerra” de Schaffner a la que los productores habían dado carpetazo) con tal de que la gente no se quedara sin trabajo. En los últimos años, eso sí, nos llegó de él una imagen caricaturizada y manipulada de forma torticera por los medios (por ejemplo, por Michael Moore) en la que poco menos que se nos presentaba a un Heston fuera de sus cabales cuya única preocupación sería ir pegando tiros por ahí.

    Azcona, por el contrario, no dudó nunca a la hora de hacer política con El Cine o ridiculizar de forma maniquea y pueril en sus obras a todo un sector de la sociedad española que no pensaba como él (recordemos el cura de “La lengua de las mariposas”). Todo ello lo hizo siempre revistiéndose de un halo de victimismo (del que siempre se aprovechó) que parecía otorgarle cierta legitimidad a la hora de inculcarnos su visión sectaria e interesada de nuestra Historia. Por desgracia, es innegable que dicha visión hizo fortuna y todavía hoy (aunque no sólo por su culpa) sufrimos sus consecuencias. De hecho puede decirse que Azcona sentó las bases de todo ese injustificado ideario extremista, anticlerical y libertario (elaborado desde el resentimiento, añadiría yo) con el que hoy se identifica, para su desgracia, a toda la progresía cinematográfica de nuestro país. Como si la gente no tuviera ya suficientes prejuicios a la hora de ir a ver cine español… una pena.

    En cuanto a lo de las limitaciones profesionales de uno y otro, me temo que las de Azcona como guionista sean mayores que las de Heston como actor pese a que usted denuncie las del primero y soslaye la del segundo. Dicho de otro modo, en mi opinión Heston es infinitamente mejor actor que Azcona guionista. Baste comparar los galardones internacionales cosechados por uno y otro en sus respectivas carreras. No negaré, eso sí, que me encantan obras como el “El Verdugo”, “Plácido” y, muy especialmente “El Cochecito”, de las que Azcona tiene buena culpa. Pero, si tuviera que elegir, prefiero las “limitaciones interpretativas” de Heston en el monólogo final de “El Planeta de los Simios” o en la enfermería del Circo de Antioquia cuando Messala le cuenta a Judah el destino que han corrido su madre y su hermana.

    Por todo ello me parece injusta la manera que ha tenido usted de referirse a uno y a otro en su entretenido blog.

    Reciba un cordial saludo y prepárese para perder el próximo sábado.

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  2. Respeto en toda su integridad el comentario aportado, pero no puedo sino reafirmarme en mi artículo que tan solo pretendía rendir un sentido homenaje a la figura artística de Charlton Heston, de la que guardo un gran legado cinematográfico en mi deuvedeteca, pero al que no le guardo simpatías respecto a su forma de pensar y, en especial, en referencia al tema de las armas de fuego (no puedo tener buen concepto de una persona que no tiene absolutamente nada que alegar ante una matanza a tiros de estudiantes). Con ello no quiero defender el documental de Moore, que quizás sí pueda ser maniqueo y manipulador, pero Heston ni siquiera pronunció palabra).

    Tampoco era mi intención la de confrontar o comparar a Heston con Azcona. Es cierto que un guionista tiene mayor capacidad de manipulación de un personaje que un actor, y lo cierto es que los personajes de Azcona me los creo, me creo su impotencia y su rabia contenida. No estoy a favor del caricaturismo (y menos dentro de la eterna disputa de las dos Españas), y por ello detesto películas como "El portero", de Gonzalo Suárez, donde los guardias civiles son poco menos que subnormales; pero no veo ese bufonismo en los personajes de Azcona, que se rebelan contra el conformismo, el autoritarismo y la injusticia social.

    Hablamos de épocas distintas, de países distintos y de formas de pensar radicalmente opuestas, pero insisto en que el uso indiscrimado de las armas como método intimidatorio y represivo merece el mayor de mis rechazos.

    Y sí, a mi parecer, Heston fue un mito cinematográfico y un camaleón de las pantallas, pero su actuación me parece limitada, aunque carismática y efectiva.

    Dicho lo dicho, la derrota el próximo sábado estará en su casillero.

    Saludos.

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