martes, abril 15, 2008

La infancia perdida

Creo que hay momentos en la vida en los que ser nostálgico, con el riesgo de parecer ñoño, es necesario. Las miradas atrás nos hacen recordar viejos (y quizás mejores) tiempos y nos sirven como método de reflexión ante el mundo que nos rodea, la situación que actualmente vivimos y lo más importante, el futuro que tenemos por delante.

Hago este ambiguo y extraño comentario porque tras la noticia del fallecimiento de Juan Ramón Sánchez Guinot (es decir, "Chema", el panadero de Barrio Sésamo), conviene detenerse un momento y reflexionar sobre la importancia que han tenido determinados símbolos y personajes en tu infancia. Los que crecimos en la década de los 80 aprendimos multitud de cosas de la vida a través de aquella serie mítica infantil de tarde llamada "Barrio Sésamo", conversión del programa norteamericano creado por el genial Jim Henson Sesame Street. Es muy probable que hoy lo recordemos con ingenuidad y excesiva inocencia, pero no cabe duda que "Barrio Sésamo" sirvió como un perfecto vehículo de transmisión de cultura a los niños, a la vez que los entretenía y los formaba como personas en su quehacer diario. Chema era uno más de la familia, un personaje que no sobresalía sobre el resto pero que encajaba en el reparto coral que confeccionaban ese mural de buenos sentimientos e ilusión.

No voy a entrar en el debate sobre la decadencia de la programación infantil, pues me parecería demasiado fácil usar la crítica feroz contra la nada. Sólo deseo elevar a los altares a un programa que merece la atención de todos los jovenzuelos desde los 4 años. A pesar de su desgaste cronológico, "Barrio Sésamo" tiene más contenido cultural en media hora que cinco horas de programación actual de cualquier cadena.

Los que ahora contamos con tres décadas de existencia siempre recordaremos a mitos como Epi, Blas, Triqui, el conde Drácula, Caponata, Gustavo, Espinete, Don Pimpón, Chema, Ana, Julián, etc, que supieron enseñarnos a través del juego. Y es que hubo un tiempo en el que la televisión era instructiva, y no destructiva.


No hay comentarios:

Publicar un comentario