martes, abril 29, 2008

La ciudad está viva

29 de abril de 2008. Una fecha marcada a fuego por los videojugones. Y es que hoy, por fin, y tras un par de retrasos motivados por su adaptación a la consola de Sony, sale a la venta Grand theft auto IV, que promete sentar un antes y un después en la industria de los videojuegos. La compañía desarrolladora, Rockstar, ha puesto toda la carne en el asador para tratar de reflejar lo más fiel posible y con el máximo de realismo una ciudad en movimiento, y creo que lo ha conseguido.

Para aquellos que no conozcan a estas alturas este juego, o mejor dicho, esta saga, decir que el juego en cuestión otorga plena libertad al jugador para realizar cientos de misiones que, bien pueden ser obligatorias para cumplir con la trama principal, bien pueden ser secundarias para obtener reputación, dinero o popularidad. Obviamente estas misiones son de lo más escabrosas, desde actuar como sicario a cobrar deudas, hacer de taxista, derruir locales e incluso engañar vía chat a un ingenuo. Todo ello bajo una ciudad viva, donde los transeúntes deambulan a su ritmo, los locales sacan a la luz los trapos sucios y la policía vigila con cautela los movimientos de una ciudad más bien podrida.

Hace unos años Rockstar creó un nuevo concepto, la libertad total en los videojuegos gracias a la saga GTA. Para sus defensores, es todo un avance tecnológico, para sus detractores, amparados en falsas moralinas, supone un desafio a las normas del buen gusto y una guía de iniciación a la violencia para niños. La polémica de nuevo está servida, y el juego ya ha alcanzado cifras de venta record.


viernes, abril 25, 2008

Wii fit : Perder peso puede ser divertido

A partir de hoy ya se puede adquirir en las tiendas y centros especializados Wii fit, aunque algunos afortunados ya llevan un par de días disfrutando de él y explotando todas sus posibilidades. Este juguetito me ha cautivado, y es que Nintendo ha apostado con su consola Wii por un novedoso sistema de entretenimiento, para toda la familia, y además ha roto con el concepto tradicional de relacionar la videoconsola con obesidad y efectos nocivos para la salud. Su último invento es Wii fit, un videojuego que permite ponernos en forma (no es subtitutivo del gimnasio, pero permite conocer nuestro cuerpo y someternos a una tabla de ejercicios y a una disciplina física diaria).

Wii fit consta de una tabla (Balance board) inalámbrica (tengan pilas a mano) que dispone de unos sensores que van a centralizar toda la información que nuestro cuerpo le envie. Así, realizaremos ejercicios de aerobic, musculación, yoga, minijuegos de equilibrio y estiramiento, boxeo, etc. Ya he oido algunos comentarios de los primeros que han probado el invento en cuestión que las agujetas hacen acto de presencia.

Al iniciar por primera vez el juego éste nos pedirá que introduzcamos nuestro peso, altura y edad, y detectará nuestra nivel de masa corporal, y nos pedirá cuál es nuestro objetivo y en cuanto tiempo queremos alcanzarlo. Así, un entrenador nos guiará paso a paso y nos someterá a una tabla de ejercicios que, de forma progresiva, se hará más intensa.

Sólo en Japón la cifra de ventas de Wii fit ha sido asombrosa, y en Europa probablemente sea uno de los productos estrella del año. Y es que Nintendo ha demostrado que es posible compatibilizar las videoconsolas con el llevar una vida sana y alejada de problemas cardiacos.

Por cierto, se me olvidaba, no es fácil engañar a nuestro entrenador, puesto que si otra persona trata de finalizar el ejercicio que hemos iniciado, éste lo detectará y nos regañará. Así que no conviene pasarse de listo...

miércoles, abril 23, 2008

Elegy : Jugando a ser Bergman



Lo siento, he de reconocerlo, no puedo con Isabel Coixet. Después del colapso que me produjo ver "La vida secreta de las palabras", película sobrevalorada donde las haya y cargante hasta la extenuación en su primera hora de metraje, aún he podido reunir fuerzas y ánimo suficiente para ir a ver su última película (la primera de encargo), Elegy. Y eso que el tándem Ben Kingsley - Dennis Hopper auguraba unos niveles respetables de calidad, al menos en lo que a nivel interpretativo se refiere (nótese que he obviado la presencia de Penélope Cruz).

Respeto a los defensores del cine de Coixet, pero su cine me supera. No puedo con la chica de los anuncios de compresas, con su excesivo discurso filosófico y ultrapoético, que va de transgresor y de removedor de conciencias y sentimientos, y finalmente se queda en un vacío cinematográfico y unos discursos pedantes de aires existencialistas que convergen siempre en el mismo punto : el miedo a la muerte y la imposibilidad de volver al pasado. Da igual quien integre el reparto de las películas de Coixet, porque siempre hará la misma película, y es que tanto "Mi vida sin mí", que tan buenos resultados de crítica le dió, como "La vida secreta de las palabras" y esta Elegy versan sobre absolutamente lo mismo y han sido elaboradas con el mismo molde.

No puedo con el ritmo al ralentí que imprime Coixet en sus películas, donde nada ocurre, y ni siquiera se intuye. El recurso del silencio cinematográfico es absolutamente desaprovechado, y no basta únicamente con enfocar unos personajes pensativos, melancólicos y nostálgicos a ritmo de Satie para hacer cine, hay que contar algo, o al menos transmitir sensaciones al que está al otro lado de la pantalla, cosa que Elegy, de nuevo, no logra.

No me confundan, no apuesto por la acción y el ritmo frenético, ni mucho menos. Apuesto por trasladar un texto literario a la pantalla e imprimirle lenguaje cinematográfico, darle vida, y eso lo hacía muy bien Ingmar Bergman, quien con pocos personajes y mucha sabiduría cinematográfica y filosófica sabía combinar el cine con los sentimientos y el discurso existencialista. Y si no, por favor, vean "Gritos y susurros", de la que Elegy trata de ser una imitación y se queda en un burdo intento. Aun así, le daré otra oportunidad a Coixet en su siguiente proyecto.

domingo, abril 20, 2008

No están todos los que son...

Pero sí son todos los que están. Grandes maestros de la composicion de bandas sonoras que han puesto música a películas míticas (llegando a ser algunas de ellas más conocidas por su música que por la película en sí). Disfruten de más de seis minutos de música en estado puro, y jueguen a acertar las películas que aparecen en el video. ¡Qué cine, señores!

sábado, abril 19, 2008

Así sí da gusto ir al centro comercial

Sábado por la tarde, cita obligada con el centro comercial de turno para ir al hipermercado y llenar el carro de la compra (y vaciar el bolsillo). Todo esto que se convierte en una tediosa rutina sería mucho más ameno si aquí se hiciera como muestra este video. Se trata de un centro comercial en Oahu (Hawaii), donde en mitad de la vorágine consumista podemos asistir, de forma totalmente gratuita, a un concierto de bandas sonoras. Quizás los más puristas puedan decir que es un sacrilegio combinar un acto tan cotidiano y ordinario como es la compra con la cultura, pero a mí me parece una excelente idea, para animar a los aletargados consumidores, por un lado, y para dar a conocer jóvenes orquestas, por otro, y de paso, fomentar un poco la cultura musical, que el mundo no se acaba en el Chiki, Chiki, ¡leches!



Hans Zimmer : Piratas del Caribe : El cofre del hombre muerto

martes, abril 15, 2008

La infancia perdida

Creo que hay momentos en la vida en los que ser nostálgico, con el riesgo de parecer ñoño, es necesario. Las miradas atrás nos hacen recordar viejos (y quizás mejores) tiempos y nos sirven como método de reflexión ante el mundo que nos rodea, la situación que actualmente vivimos y lo más importante, el futuro que tenemos por delante.

Hago este ambiguo y extraño comentario porque tras la noticia del fallecimiento de Juan Ramón Sánchez Guinot (es decir, "Chema", el panadero de Barrio Sésamo), conviene detenerse un momento y reflexionar sobre la importancia que han tenido determinados símbolos y personajes en tu infancia. Los que crecimos en la década de los 80 aprendimos multitud de cosas de la vida a través de aquella serie mítica infantil de tarde llamada "Barrio Sésamo", conversión del programa norteamericano creado por el genial Jim Henson Sesame Street. Es muy probable que hoy lo recordemos con ingenuidad y excesiva inocencia, pero no cabe duda que "Barrio Sésamo" sirvió como un perfecto vehículo de transmisión de cultura a los niños, a la vez que los entretenía y los formaba como personas en su quehacer diario. Chema era uno más de la familia, un personaje que no sobresalía sobre el resto pero que encajaba en el reparto coral que confeccionaban ese mural de buenos sentimientos e ilusión.

No voy a entrar en el debate sobre la decadencia de la programación infantil, pues me parecería demasiado fácil usar la crítica feroz contra la nada. Sólo deseo elevar a los altares a un programa que merece la atención de todos los jovenzuelos desde los 4 años. A pesar de su desgaste cronológico, "Barrio Sésamo" tiene más contenido cultural en media hora que cinco horas de programación actual de cualquier cadena.

Los que ahora contamos con tres décadas de existencia siempre recordaremos a mitos como Epi, Blas, Triqui, el conde Drácula, Caponata, Gustavo, Espinete, Don Pimpón, Chema, Ana, Julián, etc, que supieron enseñarnos a través del juego. Y es que hubo un tiempo en el que la televisión era instructiva, y no destructiva.


viernes, abril 11, 2008

La delgada línea que separa la gloria del infierno

No me gustaría estar en el pellejo de ninguno de los jugadores del Getafe C.F. Y es que lo que pudimos ver ayer fue una auténtica locura futbolística. Por una vez, no estaba entre los protagonistas de este evento ni el Real Madrid ni el Barcelona (símbolo del bipartidismo, a todos los niveles, que recorre este santo país). Un modesto equipo de un municipio madrileño, Getafe, se enfrentaba en cuartos de final al todopoderoso Bayern de Munich, con figuras legendarias como Oliver Kahn, y grandes del fútbol actual como Ribery, Luca Toni o Klose (ahí es nada). El escenario no era el Bernabeu ni el Nou Camp, era el estadio de Getafe, donde el equipo local contaba con una pequeña ventaja al haber logrado un sufrido y merecido empate a uno en Alemania.

Empezó el partido y la locura se desató, todo el campo (y toda España) estaban del lado de los azulones. La televisión marcaba cotas históricas (más de nueve millones de espectadores siguieron el encuentro). Pero pronto se aparecían los fantasmas agoreros, el Getafe se quedaba con 10 jugadores tras la expulsión (justa aunque fruto del riguroso Reglamento) de De la Red. Aun así, el "Geta" supo sobreponerse y se adelantó en el marcador. El clamor se adueñaba del estadio. Pero ya sabemos cómo se las gastan los alemanes, que no dieron un balón por perdido, y tras muchas ocasiones, Ribery puso el empate que los llevaba a la prórroga.

La prórroga fue una manifestación palpable de la locura desatada que era este partido. Se notaban los nervios, se jugaba al 120% pero con miedo a la derrota. El Getafe mostró su mejor estado físico y de preparación previa anotando dos goles que les ponían pie y medio en semifinales (el segundo gol, de Casquero, todo un trallazo imparable).

Pero los nervios se pagan y los alemanes, gracias a un error clamoroso de "Pato" Abbondanzieri y a un balón colgado al área rematado de cabeza por Luca Toni llevaba la decepción y el asombro a la grada y a todo el territorio nacional y parte del internacional. En tan sólo cinco minutos se pasó de la gloria absoluta al infierno, aunque el Getafe puede marcharse con la cabeza alta por haber tratado de tú a tú durante 210 minutos a todo un Bayern de Munich plagado de internacionales.

No soy muy futbolero, pero este partido superó cualquier tipo de fanatismo y aunó a todo un país que esperaba que el pequeño "Geta" dejara en la cuneta a Goliath. Esta vez la honda funcionó, pero David se dió la vuelta y Goliath, moribundo, resurgió y atacó por la espalda.


martes, abril 08, 2008

¿Vejez? ¡No, experiencia!

Tenía muchas ganas de hincarle el diente al documental Shine a light. Por fin, el viernes pasado se estrenó este magnífico documento ideado y dirigido por Martin Scorsese que recoge el concierto que los Rolling Stones ofrecieron en el Beacon Theatre de Nueva York. Scorsese ya contaba con experiencia en estas lides, pues recordemos ya realizó el estupendo documental "El último vals", y creo que acertadamente el genio italoamericano pensó que era necesario rendir un merecido tributo a sus satánicas majestades, una banda de rock que ha sobrevivido a 40 años de música sobre los escenarios y que es una de los grupos más influyentes dentro del panorama musical.

Nada más y nada menos que dieciocho cámaras rodean, siguen y persiguen a estos cuatro musicazos que se dejan la piel en escena. Pero, lo mejor de todo es que, si al principio la técnica y el estilo de montaje made in Scorsese nos sorprende y nos apabulla, poco a poco va quedando en segundo plano motivado por la actuación de la banda. Y es que los vemos disfrutar como chiquillos sobre el escenario, correr, tirarse al suelo, emocionarse con el público, como si no hubiesen pasado los años, y a pesar de los invitados "sorpresa", como Jack White, Christina Aguilera o Buddy Guy, cuando realmente luce el concierto es con Watts, Richards, Wood y Jagger con las pilas cargadas transmitiendo sensaciones a un público enloquecido.

El set list no tiene desperdicio. Desde el primer riff de Jumpin' Jack Flash dan ganas de estar en la pantalla y saltar al ritmo desenfrenado de los Stones. Un repaso a parte de su carrera, con selección de canciones poco conocidas incluida, configura un soberbio concierto que, si bien no investiga en la historia de los Stones, nos ofrece en primer plano su obra, su música. Shattered, She was hot, All down the line, As tears go by (de la que renegaron en su día), Connection o You got the silver se fusionan a la perfección con clásicos como Sympathy for the devil, Brown sugar, Start me up o I can't get no (satisfaction), canción que cierra la película, a pesar de que la banda sonora contiene cuatro canciones más. Quizás los más puristas echaran en falta el mítico tema Angie, pero no fue mi caso. Disfruté como un enano, entendí a los sexagenarios que veneran a este grupo, y me prometí a mí mismo no morirme sin verlos en directo.



Some girls, extraido del documental Shine a light

domingo, abril 06, 2008

Muere Charlton Heston

Este último mes ha sido de lo más luctuoso. Las pérdidas de grandes leyendas cinematográficas y de valores en alza se siguen acumulando. Y es que, a pesar de que esta noticia no nos sorprenda tanto, (debido a la grave enfermedad que padecía y a su ya longeva edad) es cierto que ha fallecido una leyenda del cine clásico, Charlton Heston, una estrella con mayúsculas.

No entraré en su faceta política como Presidente de la Asociación Nacional del Rifle, que me parece de lo más reprobable, ni de su ideología un tanto extremista, y me centraré en el rico legado cinematográfico que nos ha dejado.

Heston supo actualizarse a los géneros cinematográficos de la época, y así lo pudimos ver en cine peplum e histórico, como "Los Diez Mandamientos" (con la mítica secuencia de Moisés abriendo al Mar Rojo), Ben-Hur (por la que consiguió el Oscar en 1959), o "El Cid", rodada en España gracias a la aportación financiera de Samuel Bronston.




EN 1968 participó en una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos,"El planeta de los simios", de Franklyn J. Schaffner, iniciando una saga de películas que se trasladó incluso a las TV-Movies. También se unió al reparto de uno de los géneros en alza durante los 70, el cine de catástrofes, y así surgió "Terremoto", "Titanic", "Aeropuerto 77", "El último hombre vivo" o "Soylent green" (que tenía una visión futurista y apocalíptica cercana a la posterior Blade runner)



Heston, a pesar de estar ya incurso en un proceso acusado de enfermedad con síntomas similares a los del Alzheimer, siguió trabajando aunque en papeles secundarios o pequeños cameos, alternando géneros, y así pudimos verlo en "Mentiras arriesgadas", Tombstone, "En la boca del miedo", Hamlet, o el remake que Tim Burton hizo de "El planeta de los simios".



Se ha marchado un mito cinematográfico, y aunque desgraciadamente por muchos será tristemente recordado por su apología y defensa de las armas de fuego, los cinéfilos lo recordaremos como un actor que, aunque de interpretación limitada, supo seleccionar sus papeles y evitar el encasillamiento, ofreciéndonos momentos de buen cine y secuencias que han pasado ya a la Historia del Cine.