
Ejercicio nostálgico donde los haya, como ya lo fue Rocky Balboa, a ratos evocadora, a ratos ridícula y sonrojante, John Rambo ofrece más de lo mismo, sin engañar a nadie, pero con más grasa acumulada (fruto de los años y los excesos) y sin la presencia del coronel Truman, ya fallecido. Difícilmente Stallone vuelva a ganar un Oscar (recordemos que se lo llevó por el guión de Rocky), dado que su poca habilidad para elaborar guiones se pone de manifiesto en su evidente falta de ideas, e interpretativamente el atiborramiento hormonal y la semiparálisis facial le impiden demostrar todas sus dotes actorales, pero ¿a quién le importa eso si va a ver una peli de Rambo? "Hola, soy un macarra nostálgico y vengo a ver a Rambo cómo se carga a los "charlies"", esa es la consigna.
Al menos Sly ha sabido respetar el clásico tema musical compuesto por Jerry Goldsmith, y le ha pedido a Bryan Tyler, compositor de la nueva banda sonora, que dejara intacta esa conocida fanfarria y que aquí la escuchamos a modo de canción en "Acorralado". Y es que hay cosas que son intocables.
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