Podemos considerarnos afortunados. No ha transcurrido ni tan siquiera un mes de este 2008 y ya hemos podido ver tres estupendas películas y que, afortunadamente, aún se conservan en cartel. Las dos primeras son "En el valle de Elah", una soberbia radiografía humana de los valores patrióticos norteamericanos pre y post Irak, "Lady Chatterley", que adapta con brillo y con muchísima sensibilidad la obra homónima de D.H. Lawrence, y ahora nos llega esta "4 meses, 3 semanas, 2 días", avalada por haberse alzado con la Palma de Oro en Cannes y mimada por gran parte de la crítica internacional.
Sin entrar a valorar si pudiese o no ser merecedora del máximo galardón en Cannes, la película de Christian Mungiu supone un estremecedor relato desarrollado en una inhóspita y sombría Rumanía, en las postrimerías del régimen comunista. Sin tratarse en absoluto de un film político, y sin caer en los clichés y convencionalismos que llevan a caricaturizar figuras políticas, o las fuerzas del orden, etc., Mungiu centra su historia en la amistad entre dos universitarias, intensa aunque aparentemente fría, que deberán enfrentarse a las adversidades que el sistema les plantea ante una decisión personal y trascendental para sus vidas (cuesta mucho adentrarse en esta película sin desvelar nada, por ello siento si soy demasiado espeso).
Quizás el gran pero que se le pueda poner a la película es su estilo técnico, basado en planos fijos y planos secuencia eternos y excesivamente básicos, que si bien no llegan a cansar al espectador, sí que puede denotar cierta carencia de conocimientos cinematográficos. De todos modos, del film parece desprenderse que la intención de Mungiu no es la de epatar con una colosal técnica cinematográfica, sino la de no perder detalle de las desventuras de las protagonistas. A destacar el papel de Anamaria Marinca, una auténtica guerrera que se erige como una excelente actriz capaz de mantener durante minutos una convicción dramática extraordinaria. En una Rumanía pobre, incomunicada, aislada del mundo, donde no eres nadie pero necesitas ser constantemente identificado y donde un trámite tan sencillo como reservar una habitación de hotel puede resultar una odisea insufrible, Mungiu narra, sin juicios morales ni valoraciones subjetivas, un trágico suceso que hará a la protagonista plantearse su relación afectiva con su novio, conocer la verdadera realidad, chocar en un conflicto generacional y sacrificar incluso su propia sexualidad, con el fin de defender sus ideales en pos de la liberación social y la ruptura con el anquilosamiento comunista.
"4 meses, 3 semanas, 2 días" no es una película fácil, por ser excesivamente narrativa, donde el director no transmite una opinión sino que la deja en manos del espectador. Pero ello no le priva de ser una película que cuenta mucho sin necesidad de ser explícita, lo que le convierte en un film inteligente, quizás magnificado por esa Palma de Oro, pero no exenta de interés y acierto.
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