¿Por qué no te callas?

Podría afirmar casi con total seguridad que éste es el video más visto este año en Internet, y es que si ya éramos suficientemente conscientes de que nuestros representantes políticos caían constantemente en discusiones banales y triviales, el sábado pasado nos lo volvieron a demostrar, esta vez de forma televisada y ante altos mandatarios de países iberoamericanos. Todo empieza cuando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que propugna el viejo lema despótico de "todo para el pueblo pero sin el pueblo" hizo reiteradas alusiones a Aznar, tachándole de fascista, algo que se ha cansado de hacer en su infumable programa televisivo(si se le puede llamar programa a ese atril propagandísitico al más puro y rancio estilo Fidel Castro) "Aló presidente". El presidente del Gobierno español le reprocha esta actitud y sale en defensa del expresidente, acto que le honra a nivel político y humano, y eso que sólo hace unos días Aznar había encendido la llama poniendo en duda la sentencia del 11-M, actuando desde hace tiempo como la típica mosca cojonera que se parapeta tras el telón para evitar los tomatazos, pero que aún maneja hilos, a modo de apuntador. A todo esto el Rey de España sale al ruedo y señala, de forma intimidatoria, a Chávez, para posteriormente espetarle, "¿por qué no te callas?". Gran escena propia del cine de Berlanga y que evidencia las enormes diferencias entre uno y otro presidente. No tengo ningún apego a Aznar ni al rey, pero lo que oímos el sábado pasado de boca del monarca es probablemente lo que cualquiera de nosotros hubiese dicho, en primer lugar por referirse a alguien ausente que no puede tener el derecho a réplica y, en segundo lugar, por hacer alusiones a un representante elegido por una mayoría democrática, con quien se puede estar de acuerdo o no en su ideología, pero al que, a nivel institucional, cabe respetar. Señor Chávez, las victorias se logran con el apoyo del pueblo, a través del voto libre, algo que, desgraciadamente, está en tela de juicio en Venezuela. Pero eso es algo que en su mundo imaginario quizás no quepa.