Hace casi un mes que el maestro Fernando Fernán Gómez se encontraba ingresado en el hospital por problemas oncológicos, y desgraciadamente la peor de las noticias se ha conocido hoy. A los 86 años se ha apagado una de las voces más características del cine español, y una de las cumbres de la interpretación. No voy a hacer un repaso de su vida y obra, porque para eso ya están los periódicos digitales y la televisión, pero hemos de ser conscientes que ha muerto un artista en todo el esplendor de la palabra. Actor y director de cine y teatro, escritor, recitador y voz en anuncios de televisión, Fernán Gómez defendió con bravura todo aquello que amaba, y que se resumía en su profesión. Poco amigo de los halagos y los actos sociales, decidió en sus últimos años de vida seleccionar sus trabajos y apostar por aquellos proyectos en los que creía. Fernán Gómez se va orgulloso de haber trabajado con los mejores directores del cine español, habiendo filmado algunas joyas cinematográficas, y dejándonos en el recuerdo aquel improperio que enviaba a un supuesto admirador suyo a una galaxia muy lejana y olorosa. Valga como modesto recuerdo una de sus últimas y más aclamadas interpretaciones, la que realizó en "El abuelo", de José Luis Garci. Hasta siempre, maestro entre maestros.
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