No ha cogido por sorpresa a nadie. El pasado mes de agosto Paul Newman abandonó el hospital en el que estaba ingresado, dagnosticado de un cáncer de pulmón, con el fin de pasar sus últimos momentos de vida en casa junto a su mujer. Y así ha sido, Newman era plenamente consciente de su enfermedad, que le arrastraría irremediablemente a la muerte, y ha querido aprovechar al máximo sus últimos momentos de vida. A sus 83 años, el actor puede presumir no sólo de haber participado en muchas obras maestras de la Historia del cine ("La gata sobre el tejado de zinc", "El buscavidas", "La leyenda del indomable", "Dos hombres y un destino", "El golpe", "Exodo", "Dulce pájaro de juventud", "Cortina rasgada", "Camino a la perdición"), sino de haber colaborado en multitud de obras sociales que han humanizado su figura.
Resulta excesivamente difícil elegir una sola escena en particular de su vasta y excelente filmografía, y es que han quedado para el recuerdo su paseo en bicicleta en "Dos hombres y un destino", el empacho de huevos duros de "La leyenda del indomable" y su demoledora secuencia final, el duelo interpretativo que libraba junto a Liz Taylor en "La gata sobre el tejado de zinc" o las intensas partidas de billar que libraba, encarnando a Eddie Felson, en "El buscavidas", aunque si hay una secuencia mítica es la de la partida de póquer en "El golpe", donde nos enseña sus "habilidades" con los naipes. Hasta siempre, maestro.
Resulta excesivamente difícil elegir una sola escena en particular de su vasta y excelente filmografía, y es que han quedado para el recuerdo su paseo en bicicleta en "Dos hombres y un destino", el empacho de huevos duros de "La leyenda del indomable" y su demoledora secuencia final, el duelo interpretativo que libraba junto a Liz Taylor en "La gata sobre el tejado de zinc" o las intensas partidas de billar que libraba, encarnando a Eddie Felson, en "El buscavidas", aunque si hay una secuencia mítica es la de la partida de póquer en "El golpe", donde nos enseña sus "habilidades" con los naipes. Hasta siempre, maestro.
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