Avalada por el éxito de taquilla durante el verano en Estados Unidos (aunque esto no es siempre un dato digno de fiabilidad, y menos en las cintas de terror), aterriza en España "Los extraños", ópera prima de Brian Bertyno, y que, en cierto modo, llegaba con la calificación de "nuevo cine de terror". Bueno, tras haberla visto, nada más lejos de la realidad, pues la película no significará, en absoluto, una reinvención del desmejoradísimo cine de terror, ni se erigirá como referente de culto dentro del género.
Bertyno parte de un dato escalofriante para plantear su historia, y es que sólo en Estados Unidos se producen 1,4 millones de muertes violentas al año, datos que, obviamente, invitan a la reflexión. A partir de aquí, todos sabemos lo que va a ocurrir, nuestros protagonistas cinematográficos no van a ser una excepción. El director, a quien se le evidencia una devoción por el cine de terror setentero, plantea, mediante una efectiva factura y un ritmo pausado e inquietante, una agónica tortura a dos personas que no encuentran la justificación a su brutal castigo. Es aquí donde radican las mayores virtudes del film, expresadas en la forma de narrar, en la atmósfera lúgubre y malsana, en el dominio del fuera de campo, en la sensación de acecho constante, que transmite al espectador los mismos miedos y el mismo malestar de los protagonistas. Punto a favor de Bertyno, a pesar de que quizás recurra en demasía, de una forma un tanto exagerada, al fácil recurso del susto y a la brusquedad acústica.
En el lado menos positivo, apuntar la falta de originalidad del film (de hecho guarda bastante parecido con la reciente "Habitación sin salida"), y no sólo por el hecho de carecer de una personalidad propia en el sentido de contar una historia nueva, sino en el exceso de lugares y situaciones comunes que nos encontramos, lo que la convierte en una película limitada, de corto alcance y muy predecible. Por otro lado, la historia personal de los protagonistas, aunque no cope gran parte del metraje, no aporta absolutamente nada a la totalidad de la obra, de modo que su supresión no habría afectado a la estructura narrativa de la película. Y siempre me quedará la duda de si el dichoso plano final, gratuito y desacertado, fue una imposición de la productora para considerar la idea de una secuela o fue concebido así desde un principio.
"Los extraños" bebe descaradamente del cine de los 70, y su director no disimula su pasión por esta década. Pero a pesar de conseguir transmitir en algunos pasajes sensación de congoja, gracias a su acertada visión del terror a lo desconocido y la misteriosa caracterización de los verdugos, la cinematografía precedente le pesa como una losa a una película que, si bien está dotada de buen hacer técnico y narrativo, evita ir más allá de lo puramente convencional, quedándose en el cómodo estatus del "uno del montón".
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