
Esta visión de la Birmania actual (que recordemos no celebra elecciones desde 1990, cuando las ganó la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, y que a día de hoy esa victoria aún no ha sido reconocida por el partido oficial), no ha gustado a las autoridades de ese país, y por tanto ha iniciado una cruzada contra la distribución de la película. No sólo la exhibición del film está prohibida, sino que se ha procedido a la imposición de penas de prisión a aquellos que distribuyan deuvedés falsos de la película (por una vez no se persigue la piratería, a pesar de que desgraciadamente lo que se fomente sea la censura).
Triste realidad para un país en el que se libra una encarnizada batalla entre el Ejército y la guerrilla (Unión Nacional Karen), desde hace más de cuarenta años. Al final habrá que reconocerle méritos a Stallone por acercarnos este conflicto olvidado, en vez de tanto escupirle a la cara por sus dos últimos largometrajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario