martes, febrero 26, 2008

Cada uno en su papel

El tan esperado día ya pasó. Ayer se celebró el primero de los dos debates que mantendrán los dos candidatos que aspiran a la Presidencia del Gobierno, y desde luego el seguimiento mediático fue masivo. Radio, televisión e internet se volcó con este formato que no veíamos desde hace quince años, con la disputa que mantuvieron Felipe González y José María Aznar en el año 1993.

Ahora las cosas han cambiado, manteniéndose tan sólo los partidos políticos intervinientes. Ni Zapatero tiene el carisma de González ni Rajoy la popularidad de Aznar. Por otro lado, la obstinación de la televisión por dirigir de forma excesiva el debate en bloques cerrados, de temas de gran relevancia e importancia, pero estrictamente cronometrados hizo que este enfrentamiento fuera más una contrarreloj a ver quien disparaba su mitin en el menor tiempo posible.

El cara a cara fue una utopía, y todo se redujo a discutir aspectos del pasado que, de cara a una futura legislatura a punto de comenzar, poco importa a la opinión pública. Los errores o aciertos del pasado allí quedaron, y se debe andar hacia delante, señores políticos. Por ello, me pareció un tanto lamentable que el debate se limitara al típico "Yo he creado, yo he fomentado, yo he permitido...", y la única réplica fuera el "pues cuando nosotros gobernamos creamos más, fomentamos más y permitimos más...". El autobombo llevado a la máxima potencia, ¿y el futuro? ¿Dónde queda el futuro? ¿Que médidas proponen Vds. para los próximos cuatro años? No nos hablen de datos actuales, eso ya los sabemos, están en las hemerotecas, hablennos de cómo van a solucionar los problemas que preocupan a la sociedad si resultan elegidos. Ese es el verdadero papel del político, garantizar confianza y seguridad, no aportar datos, para eso ya están los sociólogos.

En definitiva, el debate no fue más que un festival de papeles (mira lo que tengo aquí, mire Vd. lo que dijo en su día, etc), un intercambio vacío de celulosa, y que sólo sirvió para animar a los intereses partidistas de los distintos rotativos de hoy. Y si no, vayan a su quiosco más cercano y comparen las distintas portadas, verán qué resultados tan heterogéneos y, si me apuran, contradictorios. Es el problema de concebir un debate electoral como un mero combate de boxeo y no como una oportunidad por parte de los ciudadanos de preveer la conveniencia o no de la orientación de su voto.


lunes, febrero 25, 2008

Oscars 2008 : Fin del nerviosismo

A pesar de las persistentes secuelas que la cita anual con los Oscars deja en mi cada vez más envejecido cuerpo, esta vez ha valido realmente la pena. A la segunda intentona ha caido, y esta vez todos teníamos toda la confianza en Javier. Cierto es que el papel de Reinaldo Arenas que en el 2001 interpretó Bardem en la película de Julian Schnabel (nominado este año al Oscar por "La escafandra y la mariposa") "Antes que anochezca" era digno de elogio, pero no le reputó el Oscar. En esta ocasión, y de la mano de nada menos que los hermanos Coen ("Sangre fácil", "Muerte entre las flores", "El gran Lebowski", "El hombre que nunca estuvo allí", "Fargo", ¿cabe decir más?) el actor español ha sido justo vencedor y merecedor de la estatuilla. Su papel del despiadado asesino Anton Chigurgh era un bombón, como el mismo Bardem afirmó, y que sabiamente ha sabido aprovechar. Bardem saltó de la butaca como un resorte y, aún enloquecido, repartió sonrisas, palmeos y abrazos a Jack Nicholson, Josh Brolin, Tommy Lee Jones (¡ahí es nada!), no sin antes haber besado efusivamente a su madre, Pilar Bardem, a quien dedicó el Oscar, añadiéndole una dedicatoria general a toda España. Bardem era feliz, si alguien se atrevía a quitarle su gran momento era capaz de lanzarle una de esas miradas asesinas que vimos en la estupenda película "No es país para viejos".




Respecto al resto de la ceremonia, quitando la desilusión (aunque esperada) de no ganar el Oscar a mejor banda sonora por parte de Alberto Iglesias, y es que la partitura de Dario Marianelli para "Expiación" tiene mucha aceptación popular, lo cierto es que la Academia se rindió (por fin) a los hermanos Coen, y no sólo en el aspecto literario (ya ganaron el Oscar a mejor guión original por "Fargo"), sino en el artístico. Su película, "No es país para viejos" se alzó con los Oscars mas importantes : Película, Dirección, Guión adaptado y actor de reparto. Por su parte, "Pozos de ambición", la megalómana película de Paul Thomas Anderson, y principal rival de la cinta de los Coen, se llevó dos Oscars, actor, por parte de Daniel Day-Lewis, y fotografía. La independiente "Juno" ganó el Oscar al mejor guión original y las actrices Marion Cotillard y Tilda Swinton ganaron los premios a mejor actriz principal y de reparto por "La vida en rosa" y Michael Clayton, respectivamente. Los Oscars técnicos se repartieron entre Sweeney Todd (1 Oscar), "La brújula dorada" (1 Oscar), "La vida en rosa" (2 Oscars) y "Elizabeth : La edad de oro" (1 Oscar). La sorpresa en este apartado fue "El ultimátum de Bourne", que ganó 3 Oscars, (sonido, montaje de sonido y montaje).


Ya he comentado que la banda sonora fue a parar a manos de Dario Marianelli por "Expiación". Lo cierto es que las bandas sonoras de Alberto Iglesias son más intimistas, más introspectivas, y, sin restar méritos a la partitura de Marianelli, no son tan directas y cantables como la de "Expiación". Sí me llevé un alegrón en el apartado de canción original, en la que Alan Menken ("La bella y la bestia", "La sirenita", "Hercules", "Aladdin", "El jorobado de Notre Dame") contaba con tres nominaciones por "Encantada". Como este hombre debe tener la casa repleta de Oscars, me supo a justicia que se lo concedieran a "Falling slowly", de la película Once, una gran joya de una pequeña película que muestra la magia de la música y su capacidad de transmitir sentimientos. Aquí vemos a sus dos protagonistas, Glen Hansard y Marketa Irglova, interpretándola en directo en la gala.


jueves, febrero 21, 2008

He vuelto a creer en las obras maestras

¡Qué racha, señores! Si hace sólo dos días hablaba de la magnífica "No es país para viejos", y ayer mismo vi "Pozos de ambición", que me causó una grata impresión (aunque peca de cierta irregularidad y densidad rítmica), hoy ha sido el culmen cinéfilo tras haber visto Sweeney Todd. Así da gusto ir al cine, y lo cierto es que durante un par de semanas o tres olvidas toda la bazofia que has tenido que tragarte durante el resto del año sólo por la revitalización y la enorme satisfacción que te producen tres, cuatro o cinco películas.

No había leído absolutamente nada sobre Sweeney Todd, ni siquiera había oido la música, tan sólo conocía los datos básicos de la obra de Broadway en que está basada, de modo que asistía totalmente virgen al film de Tim Burton, un genio ya no tan niño. Lo primero que se me vino a la cabeza al ver los primeros trailers fue que si alguien tenía que dirigir esto, no podía ser otro más que Burton. ¿Quién si no nos iba a describir con mayor acierto esos barrios oscuros y macabros de Londres y ese personaje satánico sediento de sangre y venganza?

Una vez vista, y tras la gran conmoción que me ha causado, he vuelto a creer en el término "obra maestra", algo que hoy en día los críticos reservan con mucho recelo, y sólo otorgan dicha calificación a películas de no menos de 30 años de antigüedad. Burton elabora una película adulta, muy seria, desmarcándose del musical clásico (no veremos aquí coreografías ni interacción con elementos del atrezzo, al estilo Stanley Donen), y transmite, a través de la extraordinaria música de Stephen Sondheim, sentimientos a la vez que sabe hacer fluir la historia mediante los números musicales. No se trata de música impostada, sino necesaria para el desarrollo de la narración. Técnicamente la película es impecable, algo habitual en Burton, donde la dirección artística y la infografía destaca por sí sola (los efectos de la sangre resultan conscientemente exagerados a pesar de su comicidad).

Su endiablado ritmo (más del ochenta por ciento de la película es cantada y nunca pierde fuelle), la convincente interpretación de Depp (que muestra una progresiva evolución hasta convertirse en un ser enajenado e incapaz de controlar sus actos), alejado de tontadas made in Jack Sparrow, y su facilidad para narrar, hacen de Sweeney Todd un diamante en bruto del cine contemporáneo, que merece dos, tres y cien visionados. Cine comercial de calidad, de muchos quilates, que demuestra que Burton adquiere experiencia y madurez a cada película que dirige. Obviamente no es una película a recomendar a aquellos que no gusten de los musicales, pero considero que los más escépticos incluso reconocerían las muchas virtudes de la última obra burtoniana.

Muchas podrían ser las secuencias que podría adjuntar a este modesto artículo, pero como creo que la película debe admirarse en todo su esplendor en una pantalla grande, sólo pondré los soberbios títulos de crédito que abren el film. Como siempre en Burton, uno de los aspectos que más cuida.




Y no puedo finalizar este post sin añadir algún corte de la maravillosa música de la película. Se trata de "My friends", una hermosa canción que Todd dedica a sus particulares "amigas".

martes, febrero 19, 2008

Busque, compare, y si encuentra algo censurado, no lo compre

Vamos a hacer un salto en el tiempo, y nos vamos a retrotraer a nuestra infancia, cuando jugábamos a aquellos pasatiempos de "encuentra las siete diferencias". Y lo haremos sobre el trailer de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, de reciente aparición.

Aquí la versión internacional del trailer :



Y aquí la versión USA :



Para los más avispados, enhorabuena. Para aquellos que no lo hayan podido captar, he aquí la solución :





















Sí, efectivamente se la han vuelto a colar a Spielberg. Si ya en la edición 25 aniversario de E.T. tuvo que retocar la película para que consiguiera la calificación "Para todos los públicos" (recordemos la eliminación de las pistolas de los policías), en la última entrega de Indiana Jones ha ocurrido lo mismo. Según parece, la MPAA (Motion Picture Association of America) no permite, para conseguir la susodicha calificación por edades, que se muestre a un soldado norteamericano apuntando a un ciudadano de la misma nacionalidad. Por otro lado, la aparición a tamaño completo de la bandera estadounidense sólo es propia del trailer USA, ya que no se muestra en la versión internacional.

En fin, incomprendidos retoques aparte, la película sin duda alguna es una de las más esperadas de este año 2008, y aún tendremos que aguantar nuestros nervios hasta el 22 de mayo para poder verla.

No es país para viejos : La violencia que nunca cesará



La he vuelto a ver y sí, me ha vuelto a maravillar. Si por un casual, en un primer visionado no te das cuenta de lo grande que es esta película, sin duda lo captas en el segundo, donde las piezas milimétricas que pudiesen haber quedado sueltas encajan a la perfección. Aunque es cierto que el mérito inicial debemos atribuírselo a Cormac McCarthy, el creador de la novela en la que se inspira la última película de los Coen, ello no obsta para que nos quitemos el sombrero (tejano, en este caso) ante la sublime adaptación del tándem fraternal. A estas alturas hablar de la magnífica interpretación de Javier Bardem está de sobra (si no le dan el Oscar es para dejar de creer en la factoría Hollywood), porque quiero reseñar la labor, excelente, de Tommy Lee Jones y, sobre todo, de Josh Brolin, impagable en ese papel de cobarde a la fuga.

"No es país para viejos" muestra por un lado la ambición, la codicia humana, donde un maletín de dinero justifica poner en riesgo tu vida, siempre en búsqueda del sueño americano, ese que nunca llega. Por otro, el inexorable paso del tiempo, los cambios generacionales, y la inculcación, casi innata, de la violencia en el hombre, en un mundo totalmente abocado a la destrucción entre seres de la misma especie. Ya no vale pelear por volver a la cordura, por apostar por el diálogo, el hombre es una máquina de odio ataviada con un arma, que le confiere poder y autoridad. ¿Quienes son los buenos y quienes los malos? ¿Quién persigue a quién? Son tantas las preguntas que plantea la película que darían para un extenso libro.

Técnicamente el film es impecable, dotado de un medido sentido del ritmo (durante la primera hora te sientes abrazado por él), plagado de detalles visuales, metáforas, y unos diálogos que desprenden rabia contenida. A ello hay que sumarle el espléndido trabajo de Roger Deakins, director de fotografía (asombrosa la secuencia de persecución de Brolin) y la sabia opción de los Coen de rodar desprovisto de todo efectismo (no hay música en el film hasta los créditos finales), lo que acentúa el suspense y la tensión dramática. Juntemos todo esto con unas gotitas de acidez crítica y un espíritu de western a lo Sam Peckinpah y tendremos casi una obra maestra que nos devuelve a los Coen de los 90 que tanto echábamos de menos. Películón.

lunes, febrero 18, 2008

Superhéroe en edición de lujo

Notición para amantes de las bandas sonoras y, en especial para coleccionistas y amantes de las rarezas discográficas. Es oficial ya el anuncio del lanzamiento para el próximo día 21 de febrero de una edición de lujo de la música de la saga de Superman, compuesta íntegramente por John Williams (se exceptúa la música de la más reciente Superman returns, compuesta por John Ottman). Esta edición, que llevará por título Superman : The music (1978 - 1988) contendrá ocho cedés, y se resume en :
  • Disco 1 : Superman : The movie (John Williams)
  • Disco 2 : Superman II
  • Disco 3 : Superman III
  • Disco 4 : Superman IV, the quest for peace (compuesta por Alexander Courage, incluye arreglos de John Williams)
  • Disco 5 y 6 : Rarezas inéditas
  • Disco 7 : Temas alternativos, source music, canciones
  • Disco 8 : Superman, la serie de animación (compuesta por Ron Jones)

La edición vendrá acompañada con un extenso libro de 160 páginas. Aún no se ha filtrado el precio, y de momento sólo podremos adquirirlo a través de la importación. Sin duda alguna, es una oportunida única de adentrarnos en los pormenores de la magistral música de Williams para la mítica saga, de la cual siempre nos viene a la memoria su fanfarria principal (y que juro consiguió ponerme los pelos de punta cuando la escuché en Superman Returns), aunque yo me quedo con la belleza del tema de amor, que podéis escuchar a continuación.


Sly traspasa fronteras, y eso molesta

John Rambo sigue dando que hablar. Si algo ha conseguido esta cinta, que revitaliza la saga bélica de los años 80, es acaparar la atención de, por un lado, la cara amable, es decir, la cinefilia nostálgica, y, por otro, aquellos a quienes no les ha gustado un pelo el evidente mensaje que fluye en la película. Para aquellos que no hayan visto el film en cuestión, y sin ánimo de destripar nada (aunque su guión es imposible de destripar por lo consistente y sólido del mismo), John Rambo se desarrollo en Birmania, tomada literalmente por el ejército, a quienes Stallone muestra como máquinas implacables de torturar y matar, sin consideración ni piedad algunas. Obviamente, Sly les va a devolver el regalo con las mismas artes, pero con el doble de contundencia y vigor.

Esta visión de la Birmania actual (que recordemos no celebra elecciones desde 1990, cuando las ganó la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, y que a día de hoy esa victoria aún no ha sido reconocida por el partido oficial), no ha gustado a las autoridades de ese país, y por tanto ha iniciado una cruzada contra la distribución de la película. No sólo la exhibición del film está prohibida, sino que se ha procedido a la imposición de penas de prisión a aquellos que distribuyan deuvedés falsos de la película (por una vez no se persigue la piratería, a pesar de que desgraciadamente lo que se fomente sea la censura).

Triste realidad para un país en el que se libra una encarnizada batalla entre el Ejército y la guerrilla (Unión Nacional Karen), desde hace más de cuarenta años. Al final habrá que reconocerle méritos a Stallone por acercarnos este conflicto olvidado, en vez de tanto escupirle a la cara por sus dos últimos largometrajes.

lunes, febrero 11, 2008

Recordando a Roy Scheider

Hoy nos hemos despertado con otra noticia trágica en lo que respecta al mundo cinematográfico, el fallecimiento de Roy Scheider. A pesar de no contar con una filmografía de excesiva relevancia, creo que todos lo recordamos por su magnífico papel en "Tiburón", de Steven Spielberg. A los que ya rondamos, o en algunos casos, sobrepasamos la frontera de los 30 años, todavía tenemos esos recuerdos de la infancia donde ocupa un puesto relevante esta película, en la que una pequeña playa es acosada por un tiburón que sólo lucha por su propia supervivencia. Considero que es de justicia recordar el trabajo de un actor que, si bien no consiguió insertarse en el star system de Hollywood, dejó huella en la década de los 70 gracias a su participación en grandes películas como "Klute", "Marathon man" o "French connection". Hasta siempre, agente Martin Brody.


Aquí cabe hasta el diablo

Es época de premios. Toca engalanarse, alquilar traje, acicalarse y lucir los mejores (y peores) tipitos ante la prensa y la atención de medio mundo. Anoche se celebró la gala de los Grammys, premios de la música, y, además de repetirse la historia de siempre (véase que la mediocridad compositiva de Alejandro Sanz, en forma de disco compacto, es de nuevo agasajada con galardones), sí que me causó cierta impresión ver a algunos miembros de bandas del metal más extremo arreglados como si estuvieran en el día de la comunión de su hijo. No es que esté en contra de ello, ni mucho menos, entiendo que se puede ser muy rockero y vestir bien en determinados eventos, la elegancia no tiene por qué reñir con el espíritu libre y guitarrero, aunque no deja de ser sorprendente esta chocante paradoja. La palma se la llevó Tom Araya, cantante del grupo Slayer (algunos dicen que satánico, cuando él mismo ha declarado ser católico, otra paradoja en sí misma), que iba de punta en blanco cuando sobre el escenario es una máquina sonora (gracias al apoyo de un implacable batería y dos guitarras a cada cual más veloces).

Está bien que la música más comercial se entremezcle con aquellos que propugnan otros estilos musicales, no tan minoritarios como se cree, pero afortunadamente esta unión sólo queda dentro de la sala. Enhorabuena por Slayer, una banda que ofrece uno de los mejores directos dentro de su brutal estilo, y para el que no se lo crea, que se asome al siguiente video. ¡¡Raining blood!!


Bardem : Suma y sigue

Cuando aún estoy digiriendo las múltiples ramificaciones que posee la última película de los hermanos Coen, "No es país para viejos", que he podido ver esta tarde y cuyas imágenes aún retumban en mi mente, me entero que esta película sigue proporcionando alegrías a Javier Bardem. El actor secundario (aunque es el eje del film, si lo hubiesen considerado como actor protagonista nadie se habría quejado) de "No es país para viejos" se acaba de alzar con el premio Bafta (el equivalente a los Oscars en el cine británico) al mejor actor de reparto, un premio que, desde luego supone un enorme reconocimiento por parte de una Academia con grandísimos actores y por otro lado, es el espaldarazo definitivo de cara a los Oscar (si no lo gana sería algo insólito).

Como no quiero entrar a valorar la película por la que ha ganado el premio, que haré en otro post, sólo destacar que "Expiación", de Joe Wright se ha alzado con el galardón a mejor película, los Coen como mejores directores, Marion Cotillard como mejor actriz (por su papel de Edith Piaf en La vie en rose, que se llevó 4 premios), y Daniel Day Lewis ganó el de mejor actor por su papel de magnate del petróleo en "Pozos de ambición", de Paul Thomas Anderson, otra de las favoritas de cara a los Oscar y que se estrena en España el 15 de febrero.

lunes, febrero 04, 2008

El triunfo de la sencillez

Esta ha sido una de las noches en las que me he llevado, en calidad de aficionado al cine, un buen alegrón. Y es que poco esperaba de la gala de los Goya de este año. Bueno, sí, esperaba un aluvión de premios para la fallida película de Juan Antonio Bayona, "El orfanato", hecho que se ha convertido en realidad pero quedando fuera de los Goyas más importantes y que realmente dan peso y prestigio a una película. Así, "El orfanato" se ha llevado a casa siete Goyas, muchos de ellos técnicos (efectos especiales, sonido, maquillaje y peluquería, dirección de producción, dirección artística), incluyendo director novel, algo que nadie dudaba, y guión original (muy discutido estando ahí Iciar Bollaín con su injustamente marginada "Mataharis" y Gonzalo Suárez). Pero afortunadamente ahí ha quedado la cosa, el espectáculo esperpéntico de justificación de haber sido la candidata a los Oscar (y su posterior descalabro) ha quedado en un mero espejismo, y es que mi apuesta, "Las 13 rosas" se ha alzado con 4 merecidas estatuas (diseño de vestuario, música (grande Roque Baños con su hermosa banda sonora), fotografía y actor de reparto (el veterano y espléndido actor José Manuel Cervino). Bien por Martínez Lazaro.

Pero sin duda alguna, y en beneficio del cine, la campanada la ha dado Jaime Rosales, con su pequeña pero muy trabajada "La soledad". Una película menor, presupuestariamente hablando, atrevida en su estilo narrativo (con la ya conocida por todos polivisión), y que apuesta por el guión y por el trabajo actoral, en una historia plagada de sentimientos y de historias cotidianas y humanas. Optaba a tres Goyas, y se ha llevado los tres, con clase y elegancia, sin hacer ruido. Esa película que apenas duró dos semanas en una sala alejada de los multicines se ha convertido en la mejor del cine español en un año que apenas podríamos contar producciones de calidad con más dedos que con los de una mano. Por una vez, el cine ha salido victorioso en una gala de premios.