El tan esperado día ya pasó. Ayer se celebró el primero de los dos debates que mantendrán los dos candidatos que aspiran a la Presidencia del Gobierno, y desde luego el seguimiento mediático fue masivo. Radio, televisión e internet se volcó con este formato que no veíamos desde hace quince años, con la disputa que mantuvieron Felipe González y José María Aznar en el año 1993. martes, febrero 26, 2008
Cada uno en su papel
El tan esperado día ya pasó. Ayer se celebró el primero de los dos debates que mantendrán los dos candidatos que aspiran a la Presidencia del Gobierno, y desde luego el seguimiento mediático fue masivo. Radio, televisión e internet se volcó con este formato que no veíamos desde hace quince años, con la disputa que mantuvieron Felipe González y José María Aznar en el año 1993. lunes, febrero 25, 2008
Oscars 2008 : Fin del nerviosismo
A pesar de las persistentes secuelas que la cita anual con los Oscars deja en mi cada vez más envejecido cuerpo, esta vez ha valido realmente la pena. A la segunda intentona ha caido, y esta vez todos teníamos toda la confianza en Javier. Cierto es que el papel de Reinaldo Arenas que en el 2001 interpretó Bardem en la película de Julian Schnabel (nominado este año al Oscar por "La escafandra y la mariposa") "Antes que anochezca" era digno de elogio, pero no le reputó el Oscar. En esta ocasión, y de la mano de nada menos que los hermanos Coen ("Sangre fácil", "Muerte entre las flores", "El gran Lebowski", "El hombre que nunca estuvo allí", "Fargo", ¿cabe decir más?) el actor español ha sido justo vencedor y merecedor de la estatuilla. Su papel del despiadado asesino Anton Chigurgh era un bombón, como el mismo Bardem afirmó, y que sabiamente ha sabido aprovechar. Bardem saltó de la butaca como un resorte y, aún enloquecido, repartió sonrisas, palmeos y abrazos a Jack Nicholson, Josh Brolin, Tommy Lee Jones (¡ahí es nada!), no sin antes haber besado efusivamente a su madre, Pilar Bardem, a quien dedicó el Oscar, añadiéndole una dedicatoria general a toda España. Bardem era feliz, si alguien se atrevía a quitarle su gran momento era capaz de lanzarle una de esas miradas asesinas que vimos en la estupenda película "No es país para viejos". jueves, febrero 21, 2008
He vuelto a creer en las obras maestras
¡Qué racha, señores! Si hace sólo dos días hablaba de la magnífica "No es país para viejos", y ayer mismo vi "Pozos de ambición", que me causó una grata impresión (aunque peca de cierta irregularidad y densidad rítmica), hoy ha sido el culmen cinéfilo tras haber visto Sweeney Todd. Así da gusto ir al cine, y lo cierto es que durante un par de semanas o tres olvidas toda la bazofia que has tenido que tragarte durante el resto del año sólo por la revitalización y la enorme satisfacción que te producen tres, cuatro o cinco películas.No había leído absolutamente nada sobre Sweeney Todd, ni siquiera había oido la música, tan sólo conocía los datos básicos de la obra de Broadway en que está basada, de modo que asistía totalmente virgen al film de Tim Burton, un genio ya no tan niño. Lo primero que se me vino a la cabeza al ver los primeros trailers fue que si alguien tenía que dirigir esto, no podía ser otro más que Burton. ¿Quién si no nos iba a describir con mayor acierto esos barrios oscuros y macabros de Londres y ese personaje satánico sediento de sangre y venganza?
Una vez vista, y tras la gran conmoción que me ha causado, he vuelto a creer en el término "obra maestra", algo que hoy en día los críticos reservan con mucho recelo, y sólo otorgan dicha calificación a películas de no menos de 30 años de antigüedad. Burton elabora una película adulta, muy seria, desmarcándose del musical clásico (no veremos aquí coreografías ni interacción con elementos del atrezzo, al estilo Stanley Donen), y transmite, a través de la extraordinaria música de Stephen Sondheim, sentimientos a la vez que sabe hacer fluir la historia mediante los números musicales. No se trata de música impostada, sino necesaria para el desarrollo de la narración. Técnicamente la película es impecable, algo habitual en Burton, donde la dirección artística y la infografía destaca por sí sola (los efectos de la sangre resultan conscientemente exagerados a pesar de su comicidad).
Su endiablado ritmo (más del ochenta por ciento de la película es cantada y nunca pierde fuelle), la convincente interpretación de Depp (que muestra una progresiva evolución hasta convertirse en un ser enajenado e incapaz de controlar sus actos), alejado de tontadas made in Jack Sparrow, y su facilidad para narrar, hacen de Sweeney Todd un diamante en bruto del cine contemporáneo, que merece dos, tres y cien visionados. Cine comercial de calidad, de muchos quilates, que demuestra que Burton adquiere experiencia y madurez a cada película que dirige. Obviamente no es una película a recomendar a aquellos que no gusten de los musicales, pero considero que los más escépticos incluso reconocerían las muchas virtudes de la última obra burtoniana.
Muchas podrían ser las secuencias que podría adjuntar a este modesto artículo, pero como creo que la película debe admirarse en todo su esplendor en una pantalla grande, sólo pondré los soberbios títulos de crédito que abren el film. Como siempre en Burton, uno de los aspectos que más cuida.
Y no puedo finalizar este post sin añadir algún corte de la maravillosa música de la película. Se trata de "My friends", una hermosa canción que Todd dedica a sus particulares "amigas".
martes, febrero 19, 2008
Busque, compare, y si encuentra algo censurado, no lo compre
Aquí la versión internacional del trailer :
Y aquí la versión USA :
Para los más avispados, enhorabuena. Para aquellos que no lo hayan podido captar, he aquí la solución :

No es país para viejos : La violencia que nunca cesará
"No es país para viejos" muestra por un lado la ambición, la codicia humana, donde un maletín de dinero justifica poner en riesgo tu vida, siempre en búsqueda del sueño americano, ese que nunca llega. Por otro, el inexorable paso del tiempo, los cambios generacionales, y la inculcación, casi innata, de la violencia en el hombre, en un mundo totalmente abocado a la destrucción entre seres de la misma especie. Ya no vale pelear por volver a la cordura, por apostar por el diálogo, el hombre es una máquina de odio ataviada con un arma, que le confiere poder y autoridad. ¿Quienes son los buenos y quienes los malos? ¿Quién persigue a quién? Son tantas las preguntas que plantea la película que darían para un extenso libro.
Técnicamente el film es impecable, dotado de un medido sentido del ritmo (durante la primera hora te sientes abrazado por él), plagado de detalles visuales, metáforas, y unos diálogos que desprenden rabia contenida. A ello hay que sumarle el espléndido trabajo de Roger Deakins, director de fotografía (asombrosa la secuencia de persecución de Brolin) y la sabia opción de los Coen de rodar desprovisto de todo efectismo (no hay música en el film hasta los créditos finales), lo que acentúa el suspense y la tensión dramática. Juntemos todo esto con unas gotitas de acidez crítica y un espíritu de western a lo Sam Peckinpah y tendremos casi una obra maestra que nos devuelve a los Coen de los 90 que tanto echábamos de menos. Películón.
lunes, febrero 18, 2008
Superhéroe en edición de lujo
Notición para amantes de las bandas sonoras y, en especial para coleccionistas y amantes de las rarezas discográficas. Es oficial ya el anuncio del lanzamiento para el próximo día 21 de febrero de una edición de lujo de la música de la saga de Superman, compuesta íntegramente por John Williams (se exceptúa la música de la más reciente Superman returns, compuesta por John Ottman). Esta edición, que llevará por título Superman : The music (1978 - 1988) contendrá ocho cedés, y se resume en :- Disco 1 : Superman : The movie (John Williams)
- Disco 2 : Superman II
- Disco 3 : Superman III
- Disco 4 : Superman IV, the quest for peace (compuesta por Alexander Courage, incluye arreglos de John Williams)
- Disco 5 y 6 : Rarezas inéditas
- Disco 7 : Temas alternativos, source music, canciones
- Disco 8 : Superman, la serie de animación (compuesta por Ron Jones)
La edición vendrá acompañada con un extenso libro de 160 páginas. Aún no se ha filtrado el precio, y de momento sólo podremos adquirirlo a través de la importación. Sin duda alguna, es una oportunida única de adentrarnos en los pormenores de la magistral música de Williams para la mítica saga, de la cual siempre nos viene a la memoria su fanfarria principal (y que juro consiguió ponerme los pelos de punta cuando la escuché en Superman Returns), aunque yo me quedo con la belleza del tema de amor, que podéis escuchar a continuación.
Sly traspasa fronteras, y eso molesta
John Rambo sigue dando que hablar. Si algo ha conseguido esta cinta, que revitaliza la saga bélica de los años 80, es acaparar la atención de, por un lado, la cara amable, es decir, la cinefilia nostálgica, y, por otro, aquellos a quienes no les ha gustado un pelo el evidente mensaje que fluye en la película. Para aquellos que no hayan visto el film en cuestión, y sin ánimo de destripar nada (aunque su guión es imposible de destripar por lo consistente y sólido del mismo), John Rambo se desarrollo en Birmania, tomada literalmente por el ejército, a quienes Stallone muestra como máquinas implacables de torturar y matar, sin consideración ni piedad algunas. Obviamente, Sly les va a devolver el regalo con las mismas artes, pero con el doble de contundencia y vigor. lunes, febrero 11, 2008
Recordando a Roy Scheider
Aquí cabe hasta el diablo
Es época de premios. Toca engalanarse, alquilar traje, acicalarse y lucir los mejores (y peores) tipitos ante la prensa y la atención de medio mundo. Anoche se celebró la gala de los Grammys, premios de la música, y, además de repetirse la historia de siempre (véase que la mediocridad compositiva de Alejandro Sanz, en forma de disco compacto, es de nuevo agasajada con galardones), sí que me causó cierta impresión ver a algunos miembros de bandas del metal más extremo arreglados como si estuvieran en el día de la comunión de su hijo. No es que esté en contra de ello, ni mucho menos, entiendo que se puede ser muy rockero y vestir bien en determinados eventos, la elegancia no tiene por qué reñir con el espíritu libre y guitarrero, aunque no deja de ser sorprendente esta chocante paradoja. La palma se la llevó Tom Araya, cantante del grupo Slayer (algunos dicen que satánico, cuando él mismo ha declarado ser católico, otra paradoja en sí misma), que iba de punta en blanco cuando sobre el escenario es una máquina sonora (gracias al apoyo de un implacable batería y dos guitarras a cada cual más veloces).Está bien que la música más comercial se entremezcle con aquellos que propugnan otros estilos musicales, no tan minoritarios como se cree, pero afortunadamente esta unión sólo queda dentro de la sala. Enhorabuena por Slayer, una banda que ofrece uno de los mejores directos dentro de su brutal estilo, y para el que no se lo crea, que se asome al siguiente video. ¡¡Raining blood!!
Bardem : Suma y sigue
Cuando aún estoy digiriendo las múltiples ramificaciones que posee la última película de los hermanos Coen, "No es país para viejos", que he podido ver esta tarde y cuyas imágenes aún retumban en mi mente, me entero que esta película sigue proporcionando alegrías a Javier Bardem. El actor secundario (aunque es el eje del film, si lo hubiesen considerado como actor protagonista nadie se habría quejado) de "No es país para viejos" se acaba de alzar con el premio Bafta (el equivalente a los Oscars en el cine británico) al mejor actor de reparto, un premio que, desde luego supone un enorme reconocimiento por parte de una Academia con grandísimos actores y por otro lado, es el espaldarazo definitivo de cara a los Oscar (si no lo gana sería algo insólito).Como no quiero entrar a valorar la película por la que ha ganado el premio, que haré en otro post, sólo destacar que "Expiación", de Joe Wright se ha alzado con el galardón a mejor película, los Coen como mejores directores, Marion Cotillard como mejor actriz (por su papel de Edith Piaf en La vie en rose, que se llevó 4 premios), y Daniel Day Lewis ganó el de mejor actor por su papel de magnate del petróleo en "Pozos de ambición", de Paul Thomas Anderson, otra de las favoritas de cara a los Oscar y que se estrena en España el 15 de febrero.
lunes, febrero 04, 2008
El triunfo de la sencillez
Esta ha sido una de las noches en las que me he llevado, en calidad de aficionado al cine, un buen alegrón. Y es que poco esperaba de la gala de los Goya de este año. Bueno, sí, esperaba un aluvión de premios para la fallida película de Juan Antonio Bayona, "El orfanato", hecho que se ha convertido en realidad pero quedando fuera de los Goyas más importantes y que realmente dan peso y prestigio a una película. Así, "El orfanato" se ha llevado a casa siete Goyas, muchos de ellos técnicos (efectos especiales, sonido, maquillaje y peluquería, dirección de producción, dirección artística), incluyendo director novel, algo que nadie dudaba, y guión original (muy discutido estando ahí Iciar Bollaín con su injustamente marginada "Mataharis" y Gonzalo Suárez). Pero afortunadamente ahí ha quedado la cosa, el espectáculo esperpéntico de justificación de haber sido la candidata a los Oscar (y su posterior descalabro) ha quedado en un mero espejismo, y es que mi apuesta, "Las 13 rosas" se ha alzado con 4 merecidas estatuas (diseño de vestuario, música (grande Roque Baños con su hermosa banda sonora), fotografía y actor de reparto (el veterano y espléndido actor José Manuel Cervino). Bien por Martínez Lazaro.Pero sin duda alguna, y en beneficio del cine, la campanada la ha dado Jaime Rosales, con su pequeña pero muy trabajada "La soledad". Una película menor, presupuestariamente hablando, atrevida en su estilo narrativo (con la ya conocida por todos polivisión), y que apuesta por el guión y por el trabajo actoral, en una historia plagada de sentimientos y de historias cotidianas y humanas. Optaba a tres Goyas, y se ha llevado los tres, con clase y elegancia, sin hacer ruido. Esa película que apenas duró dos semanas en una sala alejada de los multicines se ha convertido en la mejor del cine español en un año que apenas podríamos contar producciones de calidad con más dedos que con los de una mano. Por una vez, el cine ha salido victorioso en una gala de premios.