jueves, diciembre 20, 2007

Soy leyenda: Cine comercial de calidad

Y vamos con la segunda de las películas que he podido ver esta semana y que me han dejado un buen sabor de boca. Cambiamos radicalmente de rumbo y nos adentramos en el género de la ciencia ficción, combinado con el cine de catástrofes (ese en el que se ve un futuro apocalíptico y que tanto gusta a muchos espectadores). Hablamos de "Soy leyenda", inspirada en el relato homónimo de Richard Mattheson y que, a pesar de ser un remake de un remake (recordemos The last man on Earth, de Ubalgo Ragona y Sidney Salkow, de 1964, y la posterior y más conocida "El último hombre... vivo", de Boris Sagal, de 1971), considero que estamos ante una muestra de cine comercial de calidad. Obviamente, las opiniones siempre son subjetivas, y siempre habrá algunos sectores que defiendan el film original, que aleguen la traición del texto literario, etcétera, etcétera. Pero, siendo consciente de estas premisas, "Soy leyenda" se aleja, en parte, de los productos puramente comerciales y rompetaquillas, para dar paso a una película intimista, reflexiva, aunque no explícita, y visual, muy visual. Así, resultan impagables las secuencias de un Nueva York devastado y desolado, inhóspito y silencioso, donde los animales, cual jardín del Edén, campan a sus anchas y el hombre lucha por su propia superviencia. Por otro lado, Francis Lawrence, director de la cinta, acierta contando el leit motiv a modo de flashback, y proporciona la información justa y necesaria al espectador, quien comparte con el protagonista su agonía y sus miedos, en esa dicotomía luz - oscuridad que establece la distinción entre cielo e infierno. La segunda parte del film quizás va más orientada al público en general que esperaba ver elementos de terror, pero no por ello queda exenta de interés, con un tercio final de puro frenesí rítimico y donde los efectos especiales cobran importancia. Se le pueden poner peros al film, no es una obra redonda, ni mucho menos, y quizás las contadas salidas de tono del protagonista puedan empañar el resultado global (aunque en general Smith está bastante comedido), pero su atrevimiento al evitar el blockbuster típico, y la forma de describir la desolación humana, la falta de comunicación, la sensación de estancamiento vital y la necesidad del calor humano (o no) hacen de "Soy leyenda" una película distinta, de recorrido comercial, pero con ánimo de desmarcarse de lo convencional.

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