SINOPSIS: El musical entremezcla argumentos de distintos cuentos de los Hermanos Grimm (Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel) intentando analizar las consecuencias de los actos y deseos de sus protagonistas. (FILMAFFINITY)
MINICRÍTICA: Seamos honestos, que el musical cinematográfico ha cambiado, quizás para mal, en adaptaciones de obras teatrales de Broadway teatralizadas en la gran pantalla es un hecho, pero ello no quita para que aún pueda haber narración fílmica detrás de esa sucesión de canciones aparentemente hiératicas. Into the woods no es Los miserables, para bien y para mal, ya que no posee la fuerza de la partitura de Schönberg, pero sí sabe exprimir los recursos cinematográficos, a diferencia de la película de Tom Hooper, que era un monótono devenir de planos fijos difícil de disfrutar en una pantalla. Rob Marshall, en cambio, saca partido de la partitura de Stephen Sondheim que, aunque inferior a Sweeney Todd, deja canciones de gran alcance melódico, como "Into the woods", "Agony", "No one is alone" o "Giants in the sky" y otras quizás más rutinarias y que pueden descolocar al oido tradicional por su carácter contemporáneo y distanciado del musical clásico.
Tras un prólogo exquisito de quince minutos donde el bosque sirve como nexo de unión a los personajes y donde se exponen sus distintas motivaciones, el film serpentea entre diversas tramas con un acertado sentido del ritmo, el aderezo justo de humor, aunque algo mutilado en su acidez y mordacidad macabra al tratarse de Disney quien está detrás de la producción. Las canciones se suceden con dinamismo, a pesar de la ausencia de coreografías (que considero habrían quedado impostadas de otro modo) hasta alcanzar la hora y cuarto de metraje, momento en el cual la película adopta un arriesgado giro que ha sido el caldo de cultivo unánime para la crítica cinematográfica. Si bien esta supuesta prolongación arbitraria pueda hacer hervir la sangre a muchos, reconozco que, aunque es evidente que el ritmo de la película decae y la historia quizás no tenga el mismo interés, queda plenamente justificado en su tramo final el motivo por el cual existe esa bifurcación, en cuya primera parte asistimos a un viaje individualizado y en la segunda a unas secuencias corales. Quiero pensar que quizás el hecho de no empatizar con la partitura conduce a no comprender el sentido narrativo del film, convirtiendo las dos horas de duración en una tortura para quienes no simpatizan con este nuevo concepto de musical.
LO MEJOR: Su primera mitad, que entremezcla de forma ágil y rítmica un puñado de personajes clásicos y la sensibilidad de algunos de sus temas musicales.
LO PEOR: Que se malinterprete como una simple película erróneamente fragmentada.
CALIFICACIÓN: 3 (SOBRE 5)
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