"Número 1 en USA". Esta puede ser una de las etiquetas más premonitorias que, en el ámbito cinematográfico, podemos encontrarnos, y no para bien, precisamente. A menudo vemos esta coletilla en películas que pretenden adscribirse al denostado género de terror, provocando de inmediato una inquietud en el público más joven que despierta su afán por ver la película e cuestión. Paranormal activity no ha sido una excepción, pues su inteligente e interactiva campaña de marketing ha calado a la perfección en nuestro pais.
Lo que propone Paranormal activity no es nada nuevo. Tratar de acercar al espectador el terror más inminente, el más cercano, el cotidiano, interesándose más por el fondo que por la forma, es algo que ya hemos visto con acierto en las dos entregas de REC y, sin él, en "El proyecto de la bruja de Blair", con la que guarda mayor grado de conexión que con el díptico de Balagueró / Plaza. El film, dirigido por un primerizo en el campo de la cinematografía, propone al espectador la transmisión del terror al espectador a través de una cámara digital casera en una casa, cualquiera, de dos personajes desconocidos, quienes deberán soportar la amenaza de un ente que les acecha, generalmente de noche, rompiendo la paz del hogar y, por ende, de la relación de pareja.
Tras superar los lógicos y previsibles rechazos que este tipo de filmaciones produce, con constantes desenfoques, un rodaje casero e improvisado, una fotografía realmente pobre y casi inexistente y un tufo amateur molesto y chirriante, queda por saber si tras estas carencias se esconde una buena idea y si ésta es bien desarrollada. Desgraciadamente no ha sido así, ya que la pobre interpretación de los protagonistas (tomándose el personaje masculino el elemento terror a risa, restando garra al drama sufrido por su partenaire), unido a la falta de progresión dramática, el constante estancamiento del guión y la incapacidad para otorgar fluidez a una narración que nace muerta y que se desarrolla de forma cíclica, dan al traste una propuesta distinta, pero muy limitada y agotadora, que invita a mirar el reloj en más de una ocasión. No ayuda a elevar el nivel de la película la ingenuidad de los efectos especiales, que no hacen sino evidenciar aún más las carencias técnicas, y el total desaprovechamiento del personaje secundario, que no aporta absolutamente nada reseñable al contexto general del film.
Paranormal activity no pasa de ser un iluso y bienintencionado proyecto universitario de escuela de cine, pero que no merece ni la atención prestada por Steven Spielberg (quién sugirió el final, efectista y gratuito donde los haya) ni su distribución por una major como es Warner. Como ya ocurriera con su homóloga "El proyecto de la bruja de Blair", la mercadotecnia ha podido con la calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario