lunes, octubre 05, 2009

REC 2 : Potencia sin control

Mucho se esperaba de la secuela de uno de los sleepers del reciente cine español. REC fue una película de bajo presupuesto rodada en cuatro semanas y que demostró que aún es posible innovar en un género tan en baja forma y excesivamente trillado como es el de terror. La originalidad narrativa de REC, mezclado con la eficiencia para generar miedo en el espectador, personificada en un crescendo de emociones y sensaciones de agobio y congoja, consiguieron dar en el centro de la diana y aunar el criterio (positivo) de crítica y público. Pero, a pesar de las iniciales reticencias de sus directores, Jaume Balaguró y Paco Plaza, de realizar una secuela, el hecho de dejar cabos de guión sueltos, un final abierto, la venta de derechos para un remake norteamericano y el éxito de taquilla fueron motivos suficientes para emprender una nueva incursión en esa casa calificada como el infierno con mayúsculas.

No nos engañemos, REC 2 no es una mala película, pero desgraciadamente no causa el efecto que sí generó la primera entrega. Ya no se trata, obviamente, del efecto sorpresa, que se ha perdido por el camino (REC gozó de una estupenda campaña de marketing que optó por no desvelar secretos de la historia ni del rodaje), y es que el espectador ya conoce la historia precedente y sabe a lo que se va a enfrentar. REC 2 opta por atar esas líneas sueltas de guión que quedaron pendientes, girar en parte el curso de la historia, y potenciar al máximo la envoltura formal. Balagueró y Plaza estructuran el devenir narrativo en tres líneas de guión que, si bien tienen en principio inspiraciones independientes, finalmente convergen en el mismo núcleo de ese infierno transformado en arquitectura urbana. Desgraciadamente esas tres líneas no gozan de la misma intensidad, lo que provoca cierta irregularidad rítmica en el metraje.

REC 2 se inicia a lo grande, desplegando todas sus armas. Un equipo de operaciones especiales se adentra en la casa y, gracias a las cámaras que portan en sus cascos, asistimos a los mejores momentos del film, ya que el espectador tiene en todo momento una visión global del terror, a la vez que proporciona espectacularidad y una sensación subjetiva de implicación en esos angostos y lúgubres pasillos. La acción discurre con precisión en esta fase y esa emoción se transmite al espectador, que apasionado, ve como la nave Nostromo se ha convertido en una pequeña omunidad de propietarios. Pero tras esta explosión de buen cine de acción, la película transcurre por otros derroteros más cotidianos, realistas, que logran disminuir la intensidad de la narración, presentando nuevos personajes con los que el espectador no comulga (es más, despierta en él el deseo de que "desaparezcan" lo antes posible), y esos meros diez minutos son suficientes para conseguir una desconexión de un film que hasta el momento no proporcionaba terror pero sí tensión y adrenalina en forma de celuloide.

No es sino con la conexión de nuevo con el eje principal del guión cuando REC 2 vuelve a generar interés, desembocando en el rescate de un personaje que da sentido al díptico en su conjunto (aunque los codirectores pecan de evidentes y redundantes, en el sentido que el plano final se sobreentiende). Por el camino éstos se han permitido el lujo, mitad curiosad, mitad sonrojo, de realizar homenajes al género (el de El exorcista en más que evidente), evocando a Aliens o "La noche de los muertos vivientes", pero lo más sangrantes es que esta potenciación de la acción ha degenerado en una disminución del efecto terror, que ha desaparecido por completo en pos del suspense por el susto de rigor. Sólo la fase final del metraje, que nos adentra de nuevo en el núcleo del miedo, y esa intermitente utilización de la cámara de visión nocturna, proporciona cierto desasosiego.

En definitiva, REC 2 ha sabido utilizar los mecanismo propios de una secuela sin caer en acomodados convencionalismos de género, y ofrece al espectador un viaje por las interioridades del infierno, multiplicando la casquería y el frenesí rítmico, bajo un impecable aspecto formal, pero en detrimento del miedo y del leit motiv del film, el terror.

3 comentarios:

  1. Lo siento brother, pero no puedo estar más en desacuerdo: la película en cuestión me parece una castaña más que considerable, con un casting de todo a cien, paupérrimas interpretaciones (sólo salvaría a Manuela Velasco), guión mendicante (qué triste la imagen que se da de los GEO y qué aberrantes son sus diálogos) y una ausencia de interés para el espectador a partir del minuto cinco.

    Por cierto, Balagueró vuelve por sus fueros repitiendo desenfoques, ruidos e imágenes cortadas como único remedio para crear su falsa aunque efectista tensión.

    Lo dicho, para mi es un resultado lamentable.

    Abrazos

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  2. Entonces que cojones hago? la veo o no la veo?? Joder que son 7 euros! xD

    Saludos, Luis.

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  3. Espérate a que salga en DVD, Luis. No te preocupes, tito Agus te la dejará, que pasará por caja seguro. De momento, disfruta con la primera parte.

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