lunes, febrero 11, 2013

Silent Hill revelations 3D: Perdidos entre la niebla


La gran cantidad de abominaciones cinematográficas que, basándose en la endeble excusa de la adaptación o inspiración de una historia de un videojuego, es tal que el ejercicio de enfrentarse a una nueva aportación de este (sub)género no es raro suponga un sobreesfuerzo añadido y una díficil liberación de prejuicios previa. Además, dado que la película que abordamos se trata de la continuación espiritual de Silent Hill, dirigida por Cristophe Gans en 2006 (y guionizada por Roger Avary, autor del libreto de Pulp fiction) fue uno de los pocos ejemplos salvables de dignidad en la traslación de un videojuego a la gran pantalla (tampoco sin llegar al punto de rasgarnos las vestiduras, ya que el listón estaba francamente bajo), no hace sino saltar todas las alarmas por la posibilidad de retornar a la senda de la adulteración de las fuentes originales de inspiración y apostar por las nuevas técnicas de narración cinematográfica, más tendentes al frenesí rítmico, al videoclip y la preponderancia de la estética visual por encima del relato de fondo. Y en parte el retroceso ha sido patente con esta secuela, aunque la sangre no ha llegado al río, veamos por qué.